martes, 22 de abril de 2014

dos poemas: PACHA J. WILLKA


























XXIII
Titikaka de mi dinástica

A Martín Gómez

Vuelto a la conciencia el día despierto salta de júbilo
la gente sale a la realidad a caminar su alegría
¡ha amanecido el día más bello del mundo!

La pampa inundada de pobreza es un panal de calaminas
resquebraja los cristales la helada filocortante
los khollis sonríen, los kh’eñuas se estremecen
y el cielo más azultintura que nunca
dispone albos cúmulos azucarados para adornar su hermosura
mientras la luz solar baja íntegra esplendiendo todo.

Veo mi ojota caminante
mis pies se agigantan para las pisadas más altas
mis manos sostienen la chakitajjla y el charango
mi wallaka atesora el chuño y el maíz
¡dos warakas cruzan mi pecho acorazado de amor!

Ah, inmensísima pampa amarillenta, altar de alturas
¡cómo te amo y cómo te sufro!

Ahora que estamos nuevamente interactuantes
¡rijchariy!
¡levantemos la ideadora mente y el músculo soberano!
tranquilicemos el espíritu y volquemos la creación
hacia la tecnología andina del nuevo milenio.

Un microsegundo bastó para ingresarte en mis neuronas
Titikaka de mi dinástica.



 VUELVE AL INICIO PUMA DORADO, BRILLANTE Y PODEROSO

Aquí donde yemas brotaron lozanas en fastuosa geografía
urgencias naturales tornaron poderosa a una gran sociedad
se levantaron fosas telarañosas en humos violeta
hoy los arco iris se conectan creando un círculo de paz
y una preciosa cadena de bienaventuranzas nos muestra el orbe.

Aquí en medio del calor hominal
bajo el intruso y aplastante sol vespertino
sentado en amable soledad y ansias de mundo
un puma dorado, brillante y poderoso
montura negra-morada cabecea
signos en eterna piedra olfatea
su afilada dentadura ejercita
y en torno a su majestad
las formas-substancia en tarea-obra-enseñanza transforma.

Ahora
puma dorado, brillante y poderoso
vuelves conmigo al galope en la inmensa llanura
e iluminados atravesamos la historia
abriendo el viril viento de la Altipampa
devorando marrones, verdes, amarillos, ocres y pajabravas.

Eres puma dorado instalado en la piedra inmóvil y veloz
vigoroso felino gigante de garras aceradas
sumergido en las profundidades del lago
encerrado en una prístina burbuja de emoción.

Vuelve al inicio puma de oro, puma verdadero
abramos nuevamente los libros de la realidad
ingresemos al otro lado de la muerte
para encontrar la alegría
llenando de creación las ramas de los días
poblando de amor las mantas de las noches
haciendo nevar helado de lúcuma, de sauco y de papaya
promoviendo el crecimiento del maíz y las hortalizas
hasta que exhaustos nos recostemos en las playas de quinua de Mamaqocha
para ascender a las estrellas, purpurinos, enlazados con gafas de chifón
bordados de lentejuelas, rizos, sueños, música y energía
y quedarnos dormidos en el amplio firmamento.


Poemas pertenecientes al poemario «Luz de lluvia», 1999



Foto: Yuri Maydana