miércoles, 26 de septiembre de 2018

dos poemas: Willni Dávalos







































GRAVEDAD


Suenan las voces quebradas por la euforia del smog.
Del exicial humo decorando los pulmones rosados.
Miles de ojos buscan luz en los míos.
Miles de manos tiemblan y buscan algo que buscar.
La monotonía mata a la voluntad.
La rasga.
No la hace retroceder.
La amenaza.

Y siguen las voces,
el humo sigue en los pulmones.

Nos vamos a morir de cáncer.
Nos vamos a morir por respirar
el efluvio maldito de los jardines,
de los corazones cayendo podridos
al caldo de vísceras y domingos.
No me importa si entero caigo.
Tal vez, en el fondo, sea mejor que la superficie.
No habrá motivo para caer.
Sin embargo, las voces se quiebran

C rr r aa aa c c c c !!! !!!
C rr r aa aa c c c c !!! !!!
C rr r aa aa c c c c !!! !!!

¡Qué escándalo hacen!

Imposible, es, visualizarlas
entre serpientes y espejos.
Y es hoy otra vez,
algo borrachas andan mis neuronas.
Mis dioses internos
se han devorado a sí mismos en la caída.




RADICAL OH

Le eché alcohol medicinal a mi refresco
para que esta magia barata surja
y las precoces horas que chorrean del techo vuelvan a ser
el prototipo nocturno que tengo grabado en la memoria
para no dejarme arrastrar por los brazos famélicos
de mis propias mascotas escritas,
esas que se ocultan tras mi corteza
y esperan que mis ojos clausuren su injusto negocio
y mi cuerpo se tienda como un objeto en reposo
para llevarme de los pelos hacia la negritud cuadrada
con rombos negros y hexágonos flotantes
dejando claro
que la oscuridad es gradual y ubicua.
Arrepentimiento
mentira y más momentos para arrodillarse y besar el suelo
que pisó el santo pie del santo patrono de los desalmados
bolsillos abiertos como piernas cansadas, vacíos,
hambrientos
y dos palabras que se atascan en mi glotis
y no me dejan pedir ayuda a los que escuchan tras la puerta.

Alcohol medicinal en mi sangre
un poco más abajo y abajo me veo
en tercera persona me veo
desde arriba
soy un punto
una coma
un espacio
un silencio.

Como cualquier chispa
instalada en mi pecho.



Poemas pertenecientes al libro Ceros y Cruces, Pardiez Editores (Cusco, 2008) del poeta Willni Dávalos Orduña (1988, Cusco).

Fotografía: Irving Penn (Beauty treatment with Gauze Mask, New York, 1997)
https://www.irvingpenn.org/

lunes, 10 de septiembre de 2018

Pedro Olórtegui: «Cuando el pasado nos alcance»




DOBLECES

Lo desnudó como al desierto y desasosegó su alma. Su violencia era cosa dulce cada vez que lo odiaba con toda su pasión. Una mañana le cambió el corazón por un reloj. Ahora, en el olvido, solo se escucha el latido del tiempo.

DESPEDIDA

Sus últimas palabras —en aquella carta de suicidio— fueron una dolorosa y dulce elegía de la muerte, que solo la muerte, entre lágrimas, pudo leer.

ÍKARO

El cosmonauta de los vientos solares fue encontrado tendido boca arriba; sobre la arena, en sus manos calcinadas, aún ardían las llamas que Prometeo jamás pudo despojarle a los dioses.

ROEDORES

Dos ratas echaban una parrafada en el viejo depósito de antigua filmoteca, a su vez, comían los restos de una vieja películas —una adaptación de La naranja mecánica de Anthony Burgess por Stanley Kubrick— y una le decía a la otra: «Pues a mí me gustó más el libro».


LA MUERTE Y SUS SECRETOS

Al tiempo que el soldado descerrajaba una ráfaga de su FAL sobre el cuerpo rendido de aquel hombre, se abrieron todas las ventanas del pueblo para darle mil rostros a la sombra de la muerte.


Estos breves poemas en prosa pertenecen al libro «Cuando el pasado nos alcance» (Rupestre Ediciones, abril 2017) del vate ayacuchano, Pedro Olórtegui.

viernes, 7 de septiembre de 2018

Juan Cristóbal: «El llanto / El fuego»





























FRATERNIDAD

No soy ajeno a los tiempos
Pero envejezco cuando el sol no llega a mis manos
O cuando el último exiliado escribiera
En la pared más solitaria del mundo
«El último que salga que le apague las luz a los muertos»

Por eso
Cuando el mar me señala la soledad de mis pasos
O se refugia como un loco en las neblinas del tiempo
Trato de saludar al cartero
                           dar los buenos días al viento
                           jugar con las mariposas del huerto
Y en las noches
                          como quien enciende la sonrisa de un antiguo recuerdo
Le envío un cesto de frutas a la Bella Durmiente
Para que siga soñando con esa flor escondida en su pecho

Pero cuando descubro
Que los ancianos acaban
Como una golondrina en los techos
Dibujo la fraternidad
Como un eucalipto en el cielo.



NO ES VERDAD LO QUE SUCEDE

«El Perú es un burdel»

Pablo Macera


No es verdad
Que en mi país
Las palomas no conozcan
Los últimos afiches desesperados del otoño

Ni que sus calles
Tan parecidas a los aullidos entristecidos del olvido
Se hayan extraviado
En las pequeñas charcas abandonadas de la pena

Lo que sucede
Es que su alma se asemeja
A esos boxeadores ebrios de la noche
Cuando se amanecen en los parques
Después de haber sido derribados
Por la realidad inapelable de los sueños.



A LOS QUE MURIERON POR SUS SUEÑOS


Los que nacieron en octubre no festejarán a los bolcheviques,
 sino celebrarán la Toma de la Bastilla y la Revolución Francesa.

(Carta de Carlos Vivanco; 17/08/91)


Se me han agotado las palabras
                  al igual que la esperanza
Y ya no hay mariposas en el cielo
Ni aves que jueguen con los atardeceres en el tiempo
Incluso los claveles que antaño dibujaban sonrisas en el agua
Se han marchitado en los ojos de los niños

Sin embargo recuerdo a los que murieron por sus sueños
A los que aún entregan sus vidas en el viento
Y sufren cárcel o destierro por el secreto de sus pueblos
Entonces reparo: todavía existen semillas en el pecho
Sobrevivientes mirando como un árbol estrellas en sus manos
Y si bien las fuentes
de donde brotaban inagotables los caminos
                                               se han secado
La felicidad nunca debe hacerlo
Aunque las mañanas amanezcan
                                                    friolentas
                                                             como gaviotas
                                                                             heridas
                                                                                     en el campo.



RETOMANDO EL HILO (Con Carlos Oquendo de Amat)


Naciste
Cuando los peregrinos
se extraviaban en el alba
Y los enamorados dibujaban solícitos
Su amor en las retamas

Cuando los duendes bailaban en los puentes
Y cuando los loros contaban chistes en la playa
Mientras las miseria se mecía como una pompa de jabón en la cocina

Era el tiempo
En que todos se burlaban de tu vida
Y de tu alma arrancada como una fotografía de los cines
Porque vendías caramelos en las calles
Y leías tus poemas a los locos
Y a los gorriones asesinados en la luna

A pesar de todo
Jamás lloraste en los crepúsculos de Europa
Ni en los campos de concentración de tu nostalgia
Pues seguiste soñando con los recuerdos de tu patria
Y con la sonrisa de tu madre vagando por la aurora
A la hora en que los obreros repartían volantes en la noche
Recordándonos el entierro de tus ojos
Y las huellas del sol deshilvanándose en tu casa.



EL DESTINO DE LA MAGIA(*)


A Tassie Bermúdez, a quien nunca conocí

No era una bruja
Pero se alegraba cuando las luciérnagas volaban
                   en los ojos de las niñas
O cuando veía curar a las enfermeras
A los maltratados por el agua
Con su blusa azul turquesa de la selva
Con sus ramitos de nomeolvides por el pecho

Nadie cultivó mejor la amistad en la tierra
Por eso sus amigos la amaban cuando les adivinaba la suerte
Y como por arte de magia
-con ese candor que le brotaba del sueño-
Les deseaba los mejores deseos del alba
Para que jamás se olvidaran de la realidad de sus días

Su vida fue a sonreír a los grillos
Y leer literatura en varios idiomas
Para hablar y comprender y bailar con la gente del pueblo
Y amenazar con echar de su casa
A quienes no deseaban la unidad de la izquierda

Se le encontró siempre en miles de sitios:
Repartiendo octavillas de Vallejo en España
Bailando con Celia Cruz en los callejones de Lima
O pidiendo a sus dioses lejanos (especialmente a Buambó)
Que no olvidara a los infantes del mundo

En realidad en su corazón habitaban muchas mujeres
Tal vez por eso voló con castañas y todo
Hasta los rascacielos más inhumanos del cielo
Para curarse de las heridas que le quemaban los huesos
Pero la poesía (esta vez) no estuvo al alcance de sus ojos
              tiernos y claros
Que le enseñaron siempre a mirar los abismos del cielo
Y esos viejos como amados olivos que aromaban su casa
Hoy (una mañana de invierno) que escribo todo esto
         en medio de una tonta y desordenada llovizna
Y que veo a todas sus amigas llorar al pie de sus adorados
            amuletos de cuero
No puedo dejar de pensar que esta mujer
(a quien jamás conocí en el exilio de una mañana sin nubes)
Y cuyos coqueteos con la luna asombraba a los zorros
Era capaz de conmover las raíces más negras y agoreras del bosque.



(*) Escrito después de leer el artículo: La magia de la mujer peruana de Víctor Carranza. Publicado en La República el 12 / 08 / 93



Poemas del «El llanto / El fuego», quinto libro publicado por la editorial Rupestre, en agosto del 2015.

Foto: Tommy Ingberg
 http://www.ingberg.com/

lunes, 3 de septiembre de 2018

Charly Lira: «Muerto en el áun»





Arquitecto luminoso
Dicta donde te dejo
Por las nubes
     

Buscamos
Que nos busquen!

En el gusto congelado del sonido
En el último vaso de los glaciares

Futurista salamandra neural
Apuñala esta osamenta transitoria

Holgadas mareas empuñan tu aliento
Rapaz reencuentro
El del espejo y el mar

Penetramos el tiempo
       Nos buscan!

Locos vientistas
Y el aire de las mesas
Y el sopesarte
En plan: Qué dijiste acerca de la virginidad?

Sobre todo a ti
Sobre todo a ti
Porque la hora ya bajó del barco

En viejas glorietas
En Chucuito
He muerto

He muerto?
Sí, he muerto en el aún

Yo soy Charly Lira
Y en mis ojos cabe la infinitud del mar

La orfandad solo es comparable
A las botellas vacías de ron

No quiero tu piedad
Los hombres libres tenemos

En una mano el cuchillo
Y en la otra un girasol

Tú eres Charly Lira
Y en tus ojos no acaba el mar



Este poema pertenece a «Finventario», una plaquette de poesía editada por Rupestre Ediciones en la ciudad de Puno en noviembre del 2017. El poeta perdió la vida a los 22 años, es justo el homenaje.

Foto: «Retrato de Charly Lira» de Paco Goyzueta Linares, pintor arequipeño con raíces puneñas. Es el único retrato del poeta que se conoce hasta la fecha y forma parte de su nueva exposición individual. Los amigos que viven en el Cusco podrán gozar del nuevo trabajo de Paco Goyzueta titulado: «Disolución de la conciencia» desde el viernes 07 de setiembre, a partir de las 19:00 en las instalaciones del Museo de Arte Contemporáneo de la Municipalidad del Cusco. El ingreso es libre. Esa misma muestra de pintura se exhibirá en Puno, en la galería Francisco Montoya Riquelme ubicada en la Dirección Desconcentrada de Cultura - Puno en la primera quincena de octubre.

domingo, 2 de septiembre de 2018

André Góes: «Patúa de ternuras»




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Las palabras son traicioneras
Las imágenes están viciadas
Toda fragilidad es brutal
Esperanto gestual
Pajarístico esencial
Y el dialecto oculto del corazón de las hadas.


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Rondaba la fábrica de los colores de infancia
Las primeras y amarillas fiebres del sol
En aquellos tiempos sabía desmaterializar 
Ciudades enteras en los espejos de la retina.


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A modo de educar serpientes
Y adiestrar parientes
Nada dura para siempre
Pero las flores se pudren
Bien antes que los dientes.


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Gente con menos suerte para sangrar por dentro
Cuchilladas que no valen un dólar
Serenas pálpebras cerradas 
En la morgue de un pueblito al sur
Carnadas humanas
Rabias de fin de agosto
Lotería del inevitable
Palomitas que duermen con murciélagos
Y se despiertan de cabeza para abajo.


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Desde el día que subiste
A los largos gallos de aquel árbol
Para nunca más volver

Allí nació una ventana triste
Por donde llegaban los pájaros
Que cantaban una melodía 
Parecida al color de sus ojos

Yo era pequeño y todas las tardes volvía allí
Creí que llegarías con el achachairú
O con los pájaros

Ambos venían pero tú no estabas
Hasta que un día me di cuenta
Que mi cuerpo había crecido lo suficiente
Para manejar el hacha olvidada
Siempre callada tras la puerta de la cocina

Desde tal día en nuestra casa
Nunca más se escuchó hablar
De raros pájaros que cantaban

Melodía de verde selva / tierra húmeda
Madera ocre / carmín de sangre y miel

Desde ese día en adelante 
Noté que la señora que nos cuidaba
Parecía poder dormir
Con una expresión un poco más tranquila.


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Era poeta, decían
En tiempos díficiles
En épocas remotas

Era poeta, sentían
Al ojo del huracán
En el alma de la revuelta

Era poeta, insistían
Una brújula de vientos
Y doblaban la apuesta.



Estos poemas superlativos corresponden al libro: «Patúa de ternuras», Ediciones Golpe Bajo, (Bolivia, verano del 2017), del poeta, cineasta, actor y gestor cultural brasileño André Góes, afincado en La Paz - Bolivia desde hace ocho años. Góes dirigió una película llamada: «El museo de la nada» que fue filmada entre el 2011 y el 2013 y finalmente estrenada en 2015, en Bolivia, con un gran éxito por su hondo sentido poético ya que el escenario es un extenso salar repleto de metafísica.


Foto: "André Góes en el muelle de Puno". © Archivo personal del autor.
https://www.facebook.com/andre.goesdmenor




Valeria Sandi: «En silencio»




























Y para qué retener
jardines en la mirada
o acumular lluvias
si mojada estoy de espera

Y minado está mi pecho
de tanta pólvora que alberga 
este pulso

Mi tiempo
se ha entregado 
al barro de sus orígenes
ahora estás fragmentado
en mis costados que sangran 

Regálame silencios
porque tu voz es un fruto
esparcido por mi vientre que palpita

Déjame cerrar los ojos
quiero ver
cuando la noche arranque
nuestras últimas flores del jardín del edén
para ofrendarlas 
                            a la muerte.





Del poemario: «La luna lleva sal», Chanchito Ediciones, 2018 (2da edición)


Valeria Sandi Peña (1991, Santa Cruz, Bolivia) es poeta, actriz, gestora cultural y abogada; también cuenta cuentos, de manera voluntaria, en los colegios de su país.

Foto: Eclipse lunar en La Paz (NASA)