miércoles, 26 de diciembre de 2018

Guillermo Cabrera Infante: «Amor propio»




 No voy a hablar del desmedido aprecio por uno mismo sino del amor bien entendido que, como la caridad, empieza por casa, por la casa del propio cuerpo: ese campo de batalla sexual en que tuve tempranos triunfos y en el que no sufrí una sola derrota. Hablo de la masturbación, esa que se llamó paja al principio (fue mucho después que vino a ser masturbación pero por mucho tiempo fue paja solamente y su ejercicio hacerse la paja), en ella, por ella, gracias a ella vencí mi soledad: nunca me sentí solo con mi mano y todavía recuerdo el momento de amor más imperecedero que sentí en mi vida el día, después de años de práctica pajera, en que uno de los baños de Zulueta 408 yo solo con mi mano produje un instante que duró más de un instante, inmortalidad temporal, el lapso de tiempo que tomó la venida, demorada muchas veces, hecha interrupta como un coito, saliendo el pene de la mano, la mano soltando el pene en el último instante, hasta que la culminación se hizo avasallante y el hundirse del piso de cemento húmedo, logrando la desaparición del espacio (no más suelo, no más paredes, no más puerta, el techo elevándose miles de metros por encima de la ducha fundida y el cielo fue testigo), el momento hecho todo de tiempo, oyendo una canción en un radio lejano que sonó como debían sonar los sones celestiales, la música de las esferas, los acordes perfectos para un oído musical, hundiéndome, hundido, cayendo con las piernas aflojadas, cediendo bajo el torso (porque el vientre y el bajo vientre se habían volatilizado) pero la mano derecha existía todavía soldada a mi partes sólidas en ese momento —catedral de mi religión— y por cuya causa, plexo universal, dejaba de existir ahora todo el cuerpo, latiendo como un enorme corazón solitario que diera sus últimos latidos, temblando como carne con temblor postrero, estertores del yo, desaparecido el ser en el semen que iba a pegar en chorros espasmódicos contra la materializada puerta ahora medio metro más allá, no sabiendo entonces que nunca después iba a sentir tan intenso eso que todavía no se llamaba orgasmo, la que era venida de venidas.

Guillermo Cabrera Infante, «La Habana para un infante difunto». Editorial Seix Barral (1979)

Foto extraída del blog de la escritora Zoe Valdéz: 

lunes, 10 de diciembre de 2018

dos poemas: Américo Yábar






EN EL TURBIO SUEÑO DE LOS PÁJAROS

En el turbio sueño de los pájaros
bajo la noche cautiva
habla tu cabeza de álamo lanoso.
Solo tú puedes mostrarnos
las espigas del tiempo
que en tus retinas son distintas.
Y debes callar
sin embargo
porque la boca duele
y duelo ver como las mariposas
ven ennegrecida tu cara
donde palabras y sueños
son una mezcla.
Debes callar
porque no puedes responder
ni al excremento de tu quimera
que va cayendo como copos de nieve
sobre tus hombros.



DESDE SU TRAPO DE HARINA

Y cuando el espantapájaros
se queda ciego, es cuando ve
empieza a ver loco, loco,
los pájaros negruzcos que se estacan
en el mal tiempo.
Cae la tarde, cae la noche sin abrigo,
él busca 
para ver desde su trapo de harina
sin ojos.
Los pájaros gritan al llegar las sombras
los pájaros cierran los ojos en los nidos
la tierra es golpeada por el aguacero
y el espantapájaros tiembla
paciente y frío.


Estos poemas pertenecen a «Sesofagia Humbría», (Círculo Editor Universo, Barcelona, 1977)





AMÉRICO YÁBAR
(Paucartambo - Cusco, 1947) 

Fundador del movimiento poético energético Salk'a. Viaja por el mundo compartiendo el espíritu andino en conferencias poéticas sobre energía no domesticada. Ha publicado Poemario del Camino (1971), De pie sobre el crepúsculo (1972), Sesofagia Humbría (1976), La Cresta del clavel (1976) y Poemas Moscas (2017).


Pintura: Illustration for The 1993 Little Ark Children’s Calendar compiled by Albert Ullin, published by Allen & Unwin, 1992


Hinostrozos (IV parte)



Hormigas danzan alrededor de las alas.
Se ha incinerado la gravitación.
Si quisieras sumergirte nuevamente
y volver a palpar la vegetación triunfante,
yo sería el oído en la copa.



Fragmento del poema colectivo "Hinostrozos" realizado en SISA, Residencia de Artistas.
He aquí el poema completo:
http://lagunabrechtiana.blogspot.com/2016/12/aqui-el-poema-hinostrociano-tan-mentado.html