martes, 5 de agosto de 2025

«PUTUTO»: Alberto Cuentas Zavala






OFRENDA

AL PUEBLO DE PUNO:

A mi tierra puneña, rodeada de colinas, frente al lago, la de mis mayores, la que alimentó a la raza, que formó a mis abuelos y a mis padres, y que es la última esperanza que adormece mis ilusiones y mis sueños de poeta.

A ELLOS



PADRE MIO, TITI-KAKA

TODAS las flores del campo se han bañado en tus pupilas, Titikaka.
Con ellas haremos, en la orilla, nidal de pueblos.
                                        Se están bañando, míralas.
Sacuden sus corolas llenas de perlas, Titikaka.
Envidiosas, las estrellas del cielo se han descolgado
                         y han quedado suspendidas con las niñas 
dilatadas, picoteándolas sobre la arena de las playas.
Hasta el Sol ha vertido el abalorio de sus sueños
y, cojiendo una punta de tu manto parece un alfiler 
de plata con su libra esterlina.
                                      Y Tú estás como adormecido, ¡Oh mi Dios Lar!
                                      ¡Padre mío, Titikaka!
Vientre de ayllus, adoratorio, ara donde está Dios.
Mama Okllo y Manco Kapak, tantos ídolos de la Mitología Solar
caminaron sobre las espumas de tu oleaje,
sembrando virtudes, castigando el Mal.
                                       ¡Cuántos dioses surgieron de tus ondas!

El Kati-Kati es tu deidad maléfica, hijo de tu vientre.
Le diste la cabellera de tus espumas y los ojos de tu inmensidad.
Al puma le diste fosforescencia, a la serpiente, tu inmovilidad.
¡Padre mío, Titikaka, padre de tantos seres. Padre Demiurgo!
De tus entrañas brotaron cuántas Dinastías; cuántos pueblos 
nacieron de tu cordón umbilical: Tiawanaku, Cuzco, 
Hatun Kolla, Chucuito, células humanas.

Miles de hombres van hacia ti como a una fontana lustral.
Los ayllus se buscan, entrechocan, te ven y hacen paz.
Eres ala materna, nido de cóndores donde vaga el ensueño
como una neblina sobre un lecho de rosas.
El Sorata, el Illimani, el Tacora, el Misti, el Ausangate, 
el Kancharani, tantísimos titanes, se inclinan ante ti.
Te hacen reverencias,
humean mirra e incienso,
dejan una perla como una espuma,
una nube como un tocado,
una lágrima como un beso,
y un beso como una tempestad.
Ablucionan sus frentes, y serenos y olímpicos, siguen la ruta 
gigantesca a través de las edades…
Titikaka, mesón de tribus, cuna de Inkas, padre mío, Titikaka:
meciste muchas civilizaciones, en ti se conjugó el Sol.
El hombre se hizo verbo, y el verbo, humanidad.

Cubres como un ala la pampa dilatada,
multiplicas como Jesús los peces,
rajas la roca como la quilla del barco de Caronte,
te elevas hasta el cielo como un ala de gaviota,
o te retuerces con el dolor de un parto.
Eres bondad, misericordia infinita.
Das de beber y alimentas al Kollao, tu raza, tus hijos.
Titikaka, agua espumosa, retina azulina donde se columpia Dios.
                                                ¡Dios, Tú mismo!
Fuiste mi cuna. Serás mi tumba y el vaivén en mi agonía.
No me entregues a la Protervia, ni a los gusanos.
Flotaré en tus espumas. Te cantaré una barcarola.
Seré una lentejuela prendida a tu manto azul.

Conversaré con los astros. Seré una luciérnaga para el caminante,
una gota de agua cristalina para el sediento,
una gasa blanca para tu Venus de Bronce.
No me dés a los reptiles, ni a los peces. Seré una luz 
en la cauda procelosa de tus aguas inquietas.
Y, ambos seremos, padre mío, Titikaka, Dios tú mismo,
una voz de alerta, el murmullo de un beso, la tempestad de un trueno.





METEMPSICOSIS

¡Oh, gusanos de la tierra, arrollados como una espiral del tiempo!

                                                                L u m i n o s o s .

Cuando yo muera, os comeréis rosas, beberéis néctar, gota a gota,
deshojaréis auroras, besaréis crepúsculos, todo a sorbos
como destilando aguardiente de los Dioses.
                                                      ¡Oh, gusanos de la tierra!
fraternalmente caminaréis todas mis cavidades:
desde la caverna de los ojos, nidal de paisajes,
el Occipucio, destiladora de pensamientos,
hasta el hueco del centro de gravedad, desperdicio humano.
¡Oh, gusanos! Dejad tan sólo sin transitar la columna vertebral,
para que sea árbol que dé frutos masculinos,
en sus ramajes se columpiará el Sol,
cantarán los pájaros y anidarán las tórtolas.
Cada vértebra será anillo de solidaridad,
todo cóndilo ejemplo de altivez,
y la médula dará en abundancia glóbulos rojos,
glóbulos rojos, signos, yunque, sangre, jeroglíficos de posteridad,
semiente de un mundo nuevo en almas nuevas. ¡Simiente!...
Ahí beberán mis hijos tempestades, darán chispas sus cóndilos,
y en sus huecos anidarán huracanes, crisol de las edades.
¡Gusanos! dejadme tan sólo eso: LA COLUMNA,
símbolo de virilidad,
contra ella amarrarán otros··· sus intestinos.
Por la columna soy libre, lo seré siempre.
Por la columna soy pobre, rebelde en vida.
Por la columna se me canta el poema de la inmortalidad.
                                ¡Por la columna!
¡Oh gusanos! llegaréis, también, al corazón, dadle un mordisco.
He sufrido tanto por la llaga de esa emoción,
que el corazón no sirve.
Y, si os encontráis en algún recoveco a mi alma,
sacadle una suerte con vuestra capa de esmeraldas.
Ella es más fuerte que vosotros, os mataría sin piedad, sin piedad.
Después recorreréis todos los resquicios del cerebro.
No necesitaréis de luz, en cambio, vosotros
seréis, sobre la tierra, lumberas. ¡Lo aseguro!
Así son todos los gusanos: viven de otra luz, triunfan siempre.
Por los vivos, ¡oh, gusanos! seréis antorchas:
en vida aduláis a los tiranos, como noctilucas.
Por los muertos, a los cadáveres; daréis fuegos fatuos.
Sois aduladores eternos, ¡oh, gusanos!
triunfaréis siempre, siempre, siempre.




LA VOZ DE HOY

ANTES era soledad, paz, aburrimiento, lontananza.
Encerrado en un cascarón de ágata.
Hombre en germen, falto de luz. ¡Pobre, hombre!
He contemplado, sin embargo, todas las auroras,
he estrujado la kantuta del Ocaso,
he oído al torrente y he sentido crepitar el silencio
como la yesca en un hogar sin lumbre, sin mujer.
¡Y, ésta es toda una enseñanza!
Antes era dulce la querencia campesina,
el jarrón de leche de la ubre sonrosada,
el cantar del gallo y el arrullo de la paloma.
Una eterna primavera clavada en los ojos,
con flores y aves, árboles y frutas,
nidos y aromas metidos en el alma como cocaína.
Ahora es la lucha con el meridiano,
en el cantar del gallo, en el futuro humano,
canto rebelde, canto de Hombre en el surco aún frío.
Esperar es aún tener fe en el mañana.
El Sol espera tras la cordillera, acoquinado, 
plegadas las alas, para ser luz en la mañana umbrosa.
En la espera vamos hurgando el alma
al compás del alba.
Sonarán las esquilas pidiendo el paso,
la luz será un torrente de agua espumosa y blanca.


Y pasará la yunta, abriendo el surco negro.
La fragancia de la tierra nos llegará a las narices,
dándonos contra una piedra.
                                ¡Y, será día!
Y, seguiremos la batalla dando combos con el puño 
a la naturaleza inerte hasta dejar el surco lívido.
Arrancaremos un haz de luz en la huida.
El Olimpo dará tumbos de agonía.
Y lucharemos con el alma humana, la de cemento,
hasta ponerla en el camino, con voz y con conciencia.
Y se hará la luz, como si fuera el sol sobre las cumbres.
¡Y, será el día!




EL KARABOTAS

DE la piel del patrón has hecho tus karabotas, ¿verdad?
Con la paja brava anidas en la “chujjlla”.
Comes “cuchu-cuchu", mascas piedras
en el acantilado de Chilligua, sobre el Wencke.
Ahí has formado tu nidal, junto a los guijarros.
Como un aguilucho oteas el horizonte rocoso
y lanzas en la “corawa” los cantos rodados,
pedazos de tus lágrimas, Karabotas.
Viejo rondador de imillas, al galope,
en el “sunicho”, polvorín de la pampa,
coses barrancos bordando con el abalorio de tus ojos
la extensión sombría.
Eres el Karabotas, mi ventrículo, mi compañero.
Rondador de imillas, 
rascas la tripa de tu charango como un nuevo juglar,
y a lomo del sunicho levantas polvaredas de alpakas.
Eres el Rondador.
La “wiphala” de tu chalina del hombro, es tu gallardete.
Y con tu zurriago, semillero de asesinatos,
pegas ronzalazos en pleno pajonal.
Eres viento roquedo, gajo de “queñua”,
peñazco, “huari pucuchi” en el espejismo cordillerano.
Salpicado de hortigas, poncho gris.

Tienes, también, la “corawa” amarrada a la garganta
como un celaje.
Y, partes en el “sunicho”, cazador de ventarrones,
como el “tuttuka” de la pampa.
Anidas en el roquedo, sobre el acantilado de Chilligua,
como si fueras el Cóndor que pone mordaza 
al viento en ese enorme desfiladero:
del pajonal andino a la llanura acuosa.
                                                                        ¡Oh, Rondador!
En el bosal del “sunicho” tienes anudados los horizontes.
Se ha cuajado el Sol en la grupa de tu caballo.
Guardas la reata junto al apero chapeao
para los ronzalazos del futuro.
Cazador de vientos, Karabotas,
eres domador de tempestades.
Contigo el Wencke se hace remanso,
los torrentes tiritan, dormita el viento.
¿Cómo no dominarás en la refriega humana?
Karabotas, corre, levantando polvaredas de alpakas
                                            Al galope···




EL YATIRI

DON RUMUALDO, sacarás la suerte en la esmeralda 
                            de los campos.
Deshojarás las montañas como si fuera una Biblia.
Desnudarás al cielo como si fuera una cebolla.
                            Y las frondas llorarán tu angustia.
                            Y tus manos incendiarán el Mundo, Rumualdo.
Y serás otro enigma con tu rostro de bronce.
                            Y tus manos de piel de elefante jugarán con las sombras de la noche.

Los "hachachillas" del Wenckasi, de Anu-anuni y Khapia
                            escarbarán con sangre tus pupilas.
                            Y será tarde.

La lechuza agitará sus alas aceitosas
                            sobre el fogón donde revienta el trigo.
La luna enjuagará de leche los muros del tinglado aymára.
Mama Siska extenderá el kkamiri lleno de piojos violados.
Ellos te dirán la suerte, Rumualdo.
Te lo están diciendo con su punsón de fiebre.
                            Y será noche.

Cuando el supaya se revuelque en la pampa,
                            como en una hoja de coca,
                            con una risa de pichitanka, agorera,
las estrellas multiplicarán el cielo en los ojos
aún sonrosados de tus llokallitos ccalatos
que pedirán con las manos juntas pan y abrigo.
Hervorosa la olla de "ppesqque" temblará
en el umbral de la cocina
ante los perros vigilantes y las criaturas de hambre.
                            Y será el alba.
Así será, Rumualdo, la suerte de hoy día
para el mañana: en el cáliz de la pampa
                            beberás aljófares de lágrimas.
Así será, llena de amargura 
···



Este poemario aymará de Alberto Cuentas Zavala: PUTUTO, se publica con la cooperación generosa del Concejo Provincial de Puno, que preside, actualmente, el doctor Washington Cano; y a iniciativa del doctor Guillermo Zaá Solórzano y del Ingeniero Carlos de Arce y Aguilar, conforme al acuerdo del Concejo de 28 de Octubre de 1938. Se dio a los impresores de la Editorial Enrique Bustamante y Ballivián, —el poeta excelso, desaparecido— en Febrero del año de gracia de 1939 y sale a soportar los embates del Proceloso el 16 de Marzo de ese mismo año.

Maderas: de Amadeo Landaeta Basadre y Mateo Jaika.


Obras del autor

Obras publicadas:

Monografía de Chucuito.
Rumores del Titikaka (cuentos y poemas en prosa).
Desde la cumbre (poemas).
Pututo (poemario).

Obras éstas de sabor terrígena. Binomio del hombre y el paisaje. Quien las lea sin sectarismos de escuela, sentirá la fuerza telúrica del ambiente y la atracción del hombre kollavino. Ese ambiente pampeano y lacustre, donde el viento ulula dentro de la paja brava como la voz del aborigen. Fuerza cósmica de esa naturaleza semisalvaje.

Para publicarse del mismo autor:

El escudo de Manko —polémica—.
El problema agrario y social del Titikaka.
Historia del Kollao.
Balsas de Amantani —cuentos—.
Otros poemas.






Foto: Gus Ayna
Foto (2): Portada del poemario Pututu

domingo, 8 de junio de 2025

«Caen cenizas sobre la ciudad»: CAROLINA CÁRDENAS




 
Bogotá, 06 de agosto de 2020

A mí, que tengo ideas repetitivas

Mi pensamiento es una nebulosa de moscas
                                                                        donde converge la
misma idea en estado larval
Me sumerjo en el paisaje de un edificio que se repite
entre avenidas de nubes que exhalan olor a cadáver
y me hacen creer que vivo al interior de una cloaca
donde brotan rosas y tulipanes como enredaderas
En la que el silencio no existe a menos que sea ruido

Soy estruendo en una estancia 
donde el grito es lo único posible
para romper con la mirada fija
la misma cavilación
y la palabra que como una ola vuelve
                    a la orilla del tiempo



Bogotá, 08 de agosto de 2020

A lo que deseo      la muerte

Observo mis muñecas con la clara idea de cortarlas
                                                                            clavarlas
a la oscura
noche de presagio
Quiero cruzar la puerta y desaparecer junto al abismo-grito
                                                                                            que me habita
La muerte me nace     soy una enfermedad 
de la que se desprenden cuervos
que vuelan hambrientos sobre mis vísceras
Se alimentan de mí y hunden sus garras en mis carnes
Afuera la noche es idea fija
    las canecas de basura se agitan
mientras de ella nacen cartuchos en honor a mi caída



Bogotá, 22 de agosto de 2020

A mi necesidad de hablar con los animales

Un gato es una puerta para hablar con mi ser
        un perro es corazón con el encuentro
Entonces soy palabras     una voz no mía
me acerca al origen
Olvido el ventarrón que juega con el cableado
        las sombras de los árboles se han unido con el asfalto
        las raíces han abierto un abismo en mitad de la calle
Olvido que existo y soy solo esa voz que juega a ser animal
        alguien que es recuerdo de niña
Una rata se proyecta como fantasma en las paredes
                                                                                                es chillido
que dice que está sola
nadie más se vuelve gato   perro   pájaro
            estás sola 
entonces una sonrisa de llanto-grito aparece en mí
y me veo perdida en un umbral desconocido



Bogotá, 22 de agosto de 2020

A mi sensibilidad que se vuelve llanto y dolor

Hay tanta belleza en el mundo que es llanto
Me observo en los espejo de agua 
que permanecen sobre el pavimento
y me salen alas     mariposa que viaja al interior con asombro
Hay hojas en caída    se vuelven en mí   pájaros
            hay estrellas flotando que sobrevuelan     se hacen 
                                                                                          luciérnagas
        la Luna transita    se ha hecho moneda brillante en mis manos
El universo me arrulla cada vez que observo 
                                                                            alguna de sus partes y costuras 
pero se vuelve grito de cucaracha si nos desarraigamos de su latido 
Si enmudecemos y cerramos la vista ante su luz 
nos golpea con sus patas peludas 
que vuelan hacia adentro
donde todo es oscuridad
y duele 


Estos poemas fueron extraídos del libro Caen cenizas sobre la ciudad, de la poeta Carolina Cárdenas. El poemario fue editado en Chile por Conunhueno, en julio del 2021.


CAROLINA CÁRDENAS

Nació en Bogotá, Colombia, el 8 de mayo de 1982. Es poeta, narradora, pintora, dibujante (ilustradora de algunos de sus cuentos), columnista, docente y editora colombiana. Licenciada en Humanidades con énfasis en Lengua Castellana. Postgrado en Creación narrativa de la Universidad Central. Su obra Caen cenizas sobre la ciudad, fue publicada en 2021. Finalista en el Concurso de poesía Nueve editores con la obra Después de la nada, 2021. Premio Internacional de Poesía, Rostros para autores con un rostro. Accésit, con las obras Ninguna tierra me habita y sin embargo soy, 2018. Ganó el concurso de cuento Estímulos a la Creación Artística con el libro Parajes inesperados. Ganó el segundo puesto en el II Concurso Nacional de cuento El Túnel (2011) con A la deriva. Finalista en el Concurso Nacional de Cuento La Cueva con Mañana será otro día (2012). Publicó Somos náufragos (2013).


Fotografía: Ferbugs

sábado, 3 de mayo de 2025

«Para imaginar distancias»: HAROLD CUADROS




Contemplo el jardín perdido de tu nombre.

                [La noche invade mi sangre]

Mi corazón gira alrededor de mi garganta
y en este huerto olvidado,
las memorias florecen como astillas.

                                                                Tu nombre esconde todos mis signos



Una palabra de consuelo;
mi alma agitada espera la noche
y sobre los cimientos de esta casa paterna
el miedo es un cristal de ojos.

Rueda sobre 
el mismo dado que juega la muerte
un mensaje del río Támesis:

                                                Londres,
                                                no es solo una ciudad
                                                es un mapa de notas musicales.

Una palabra de consuelo;
y mi alma espera al gorrión de la medianoche.

                                                                                        Eclipse



Todo está muerto, 
lo que esperaban de mí
me ha destrozado.

Mi corazón 
se detiene
en las calles,
en los muelles
y en las casas vacías.

Y ahora,
me suceden los nimbos
con sus cantos.

Las entrañas me envuelven 
en su llanto,
y, sobre todo, lo humanamente posible
se muere el espanto, acaba el silencio.

                    El relámpago es un pulmón de mariposas. 

                                                                                        Légamo



Por debajo de mi sombra 
se bifurcan los sueños profundos.

Mi cuerpo es un vaso de agua sediento
que se une a las olas del mar.

Mi alma expulsa
gorriones
y sobre este cristal de estrellas
algunos hombres se cuelgan de la noche.

                                                        Para recordar canciones


Estos poemas han sido extirpados del libro Para imaginar distancias y le pertenecen a Harold Cuadros. El poemario ha sido editado en octubre del 2024 por el grupo editorial Albea de Juliaca.


HAROLD CUADROS

(Juliaca, 1991) Es un escritor esporádico que se destaca por su estilo literario peculiar y su capacidad de entrelazar realidades distantes a través de sus palabras. En 2013 publicó Itinerario de abril. Además, fue director y editor de los boletines literarios Osadía (2015 - 2016) y Alcohlemia (2017 - 2019), espacios donde promovió la difusión de trabajos literarios y culturales. En 2017, lanzó La última y nos vamos, un libro de relatos que amplió su producción literaria. Se formó en el el programa de Lengua y Literatura de la Universidad Nacional del Altiplano.

Foto: Chris F

lunes, 20 de enero de 2025

«9 DE ENERO»: Abel Rodríguez






Para Marco Antonio Samillán Sanga

Breve colibrí de fuego
Pasa tu mirada por las horas, sin pasar

Por las cuencas de la plaza 
avanzan las sombras
que ladran veneno 
sobre tu cuerpo de lluvia

Horizonte oscuro
sueño blanco hecho dolor
tierra de infancia
convertida en golpe seco

Pasa tu mirada por las horas, sin pasar

Han llegado para quitar 
de nuestros pechos tu nombre
Han llegado, tienen el mismo rostro,
todos con la misma fiera 
atada a las botas

Marco Antonio, 
pasa tu mirada por las horas, sin pasar...

Pasa sobre el cielo el eco de tu voz
pasa este instante 
sobre lo más profundo de lo eterno

Tu imagen es ahora de montaña,
de colibrí de fuego, de río transparente

Las aves del odio serán echadas
los rostros del poder no serán olvidados

Al silencio acudirán 
los hermanos y hermanas de fuego,
los brazos del viento,
de la ciudad del viento 
llevarán al infinito tu recuerdo

Justicia, es ahora el camino,
la luz del día, la jornada de trabajo,
la casa comunal, 
la memoria ahora se llamará justicia

Breve colibrí de fuego
pasa tu mirada por las horas, sin pasar



* Este poema fue leído por su autor en un recital poético musical acaecido el 10 de enero del 2025, conmemorando los dos años de la brutal masacre por parte del gobierno de la funesta Dina Boluarte en que la Policía Nacional del Perú disparó contra los manifestantes en Juliaca durante la paralización de Puno en el contexto de las protestas del 2023, donde 18 personas perdieron la vida.


Pintura: Ruth Ingaluque, "Puno sí es el Perú". (Esta obra de arte fue vetada por la Biblioteca Nacional del Perú y retirada de la V Bienal de pintura Brisas de Titicaca "Puno en el bicentenario").

domingo, 12 de enero de 2025

«Árboles gigantes»: CÉSAR HIDALGO







ÁRBOLES GIGANTES

El sacrificio está 
en los rincones piedra
La inmensidad no era
hasta que cayeron los gigantes
Valle Sagrado de los Inkas
todo imperio buscó las faldas
de cadáveres exiliados
La verdad no fue para todos



ONOMATOPEYA DE UNA FATALIDAD

Y el desgarro de los árboles antiguos
fue el crujido universal
En cada pedazo de 
inmensidad naciente
hubo dolor y luto verde
Los volcanes y los rayos
tienen el grito y la fractura
de los gigantes muertos



MADRE DEL AGUA (Yacumama)

La madre del agua 
saltó de las copas
de los árboles gigantes
cuando los dioses los cortaron 
por eso se esconde
en la sombra de los lechos
conoce la fatiga del tiempo y
el agobio del aire
Su misterio es luto



SENTIDOS

Ojalá todos pudiéramos
oler el destino
así veríamos qué ocurrió 
hace mucho
Cuantos estados hay que pasar
para ser humano
y terminar en el olvido
criminal y cómplice
de la muerte de
los paisajes y su memoria
La onomatopeya primitiva
se perdió
La memoria verídica
conserva lo que está por venir
y hasta lo que no acontecerá
Eso lo dijo el brujo mayor
Ino Moxo



LO QUE SABE LA AMAZONÍA ANTIGUA (Kaametza y Narowé)

La mujer fue primero
antes que las
luces y los colores
Y desde costilla nació el hombre
la vio hecha sol
Ella era un manantial
La cópula inicial de todo
La sangre fue tempestades 
y desbordes
hervor de sexos
onomatopeya del deseo
El embrión de los días 
en erotismo cariñoso
La fauna sensual
entre los verde inaugurado
Cielos y soles ardidos de
locura y creación
Y el mundo sucedió



Poemas extraídos del libro Árboles Gigantes del poeta, editor, gestor cultural y cantautor mapuche César Hidalgo Vera. El poemario vio la luz en el 2022 por la editorial Conunhueno y se reeditó en noviembre del 2024 para ser presentando en la I Feria Internacional del Libro de Puno.




Foto: HC Digital
Foto (2): César Hidalgo en Puno

domingo, 29 de diciembre de 2024

«El silencio de la memoria»: GLORIA MENDOZA BORDA





LA LECHE NO ES TAN LECHE EN LA MEMORIA

Mirad nuestros inviernos
esas montañas teñidas de leche
apacibles ovejas en su reino blanco
están pintadas en las nubes
acongojada
lloré sobre la leche de las chozas
pájaros muertos sin alas
en techos de paja
estación de la condena
llamas vacas alpacas gallinas
vicuñita alpaquita platerito
latido de granizada
luciérnagas mariposas hormigas
debajo de la tierra convertido en albo

leche congelada en las ojotas
de niños campesinos
no pueden ir a sus escuelas 
leche en los pies de los ancianos
escudriñando caminos cubiertos de nevado
con un bastón teñido de nieve
la mala leche
la dulce leche
granizada en los olfatos 
desatendidas comunidades
por los estados de siempre
mala leche 



TE DEJARON, SE FUERON

"La señora que pinté representa el dolor"

Ruth Ingaluque

Nos miras como no mirando tayka suma taykita
no es tiempo de latifundistas en nuestros pueblos
pasó la Revolución del 23 como corriendo
tus trenzas lo saben 
en cada nudo: muchas muertes
los que se tiraron al río Huancané 
gritando wala wala wala bala bala bala
por las balas de los uniformados 1923
quedó ahorcada en un árbol Rita Puma
las guerreras no mueren nunca
somos el pueblo walawala pujante
tu pollera aroma a muña lo sabe
te reparamos cubierta por la furia de los cielos 
cielo iracundo tu mirada 
tacho vaporoso de salvia el atardecer
te dejaron 
se fueron 
viento violeta te sostiene para no caer
el despoblado nos azota lo delatan tus ojos
una mano toma la trenza para reprochar porqué 
te miro solitaria tayka suma taykita
furia de rayos enceguecidos parten el pasado
alkamaris silban, miras, quieres llamarlos
vuelve al presente suma taykita 
los que te dejaron se reputan mistis
no volverán 
duelen los andes
ellos resisten como migrantes
abruptos bordes de las urbes

te buscaremos con Ruth Pilar
detrás de la granizada
al pie de los cerros 
cerca a la laguna con patos gozosos
te abrazaremos como nunca
comeremos papitas chiara imilla
dormiremos en tu choza 
nos contarás historias 
danzaremos las tres 
eso que te gusta
zampoñadas
donde los cerros despierten sus abras 
comunidad de Huinihui
saltaremos como perdices las tres
serpentinas en el cuello
calzaremos tus ojotas
suma taykita.



ME NIEGAN POR SER UNA MARIPOSA

Confinada a ser una mariposa
una peligrosa 
una mariposa muerta
se crispan de pánico
les sale alergia
cuando decimos 
bosque
los árboles abren sus brazos
me abrazan
cuando hay bulla
cuando me dicen 
culpable sin serlo
creen que soy
la sombra de una cachorra
danzando con la colita
de un escudo
ella la perra
tiene más humanidad
no maté
me equivoqué
pensé en la equidad
aprendí atravesar ríos
siendo muy joven
me hice amiga de las piedras
los sapos croaron
sobre mis huesos
explotó mi sepulcro
con el aire 
me convertí en viento
estoy como olvidada 
escribí poemas 
sobre la paja atrevida

soy retama 
petrificada 
en los ojos
de una historia incierta
no pido que te mudes
a las montañas
esto que abruma
mi corazón
a secas
puedo hablar
desde la lluvia
ya no habito
granizada
debajo de la tierra
nuestra mítica diosa universal.



GRECIA

La capturé 
ojeando el mar
a la distancia
cortándose los cabellos
para auxiliar 
salvar el mar
una más entre miles 
tejido de malla matizada 
playas negras 
peces y gaviotas resisten
ese negro nos cruje
en el pálpito
Grecia Lazarte
otra escultura 
luminosidad en el manejo
esas manos crean el origen
remodelan 
maternidad
patria vida
procura dar rienda suelta
taller Selva Alegre
sálvense 
pingüinos palmípedos 
eternizado en esculturas
no hay ríos que contengan
esa furia negra causante
estrellas de mar / lobos.


Estos 4 poemas fueron extraídos del libro El silencio de la memoria, de la escritora puneña Gloria Mendoza Borda. El poemario fue editado por el grupo Hijos de la lluvia en octubre del 2024. 


GLORIA MENDOZA BORDA
(1948)

Su obra poética publicada es múltiple y heterogénea desde 1971. Afiliada a la Tribu QsJ de Latinoamérica. El 2017, fue declarada personaje meritorio de la Cultura Peruana por el Ministerio de Cultura. Aparece en el Mapa Literario de Puno, editado por Kunah co-laboratorio editorial, como una de los 20 escritores notables. Le rindieron homenaje en el Festival de Cultura y Café "La biblioteca del cóndor" (Club Kuntur de Puno). La 9na. Feria Internacional del Libro de Juliaca (2024) llevó su nombre y fue organizada por el Grupo Editorial Hijos de la lluvia.



Foto: Ron Lach
Acuarela: Alcides Catacora Pinazo