domingo, 8 de junio de 2025

«Caen cenizas sobre la ciudad»: CAROLINA CÁRDENAS




 
Bogotá, 06 de agosto de 2020

A mí, que tengo ideas repetitivas

Mi pensamiento es una nebulosa de moscas
                                                                        donde converge la
misma idea en estado larval
Me sumerjo en el paisaje de un edificio que se repite
entre avenidas de nubes que exhalan olor a cadáver
y me hacen creer que vivo al interior de una cloaca
donde brotan rosas y tulipanes como enredaderas
En la que el silencio no existe a menos que sea ruido

Soy estruendo en una estancia 
donde el grito es lo único posible
para romper con la mirada fija
la misma cavilación
y la palabra que como una ola vuelve
                    a la orilla del tiempo



Bogotá, 08 de agosto de 2020

A lo que deseo      la muerte

Observo mis muñecas con la clara idea de cortarlas
                                                                            clavarlas
a la oscura
noche de presagio
Quiero cruzar la puerta y desaparecer junto al abismo-grito
                                                                                            que me habita
La muerte me nace     soy una enfermedad 
de la que se desprenden cuervos
que vuelan hambrientos sobre mis vísceras
Se alimentan de mí y hunden sus garras en mis carnes
Afuera la noche es idea fija
    las canecas de basura se agitan
mientras de ella nacen cartuchos en honor a mi caída



Bogotá, 22 de agosto de 2020

A mi necesidad de hablar con los animales

Un gato es una puerta para hablar con mi ser
        un perro es corazón con el encuentro
Entonces soy palabras     una voz no mía
me acerca al origen
Olvido el ventarrón que juega con el cableado
        las sombras de los árboles se han unido con el asfalto
        las raíces han abierto un abismo en mitad de la calle
Olvido que existo y soy solo esa voz que juega a ser animal
        alguien que es recuerdo de niña
Una rata se proyecta como fantasma en las paredes
                                                                                                es chillido
que dice que está sola
nadie más se vuelve gato   perro   pájaro
            estás sola 
entonces una sonrisa de llanto-grito aparece en mí
y me veo perdida en un umbral desconocido



Bogotá, 22 de agosto de 2020

A mi sensibilidad que se vuelve llanto y dolor

Hay tanta belleza en el mundo que es llanto
Me observo en los espejo de agua 
que permanecen sobre el pavimento
y me salen alas     mariposa que viaja al interior con asombro
Hay hojas en caída    se vuelven en mí   pájaros
            hay estrellas flotando que sobrevuelan     se hacen 
                                                                                          luciérnagas
        la Luna transita    se ha hecho moneda brillante en mis manos
El universo me arrulla cada vez que observo 
                                                                            alguna de sus partes y costuras 
pero se vuelve grito de cucaracha si nos desarraigamos de su latido 
Si enmudecemos y cerramos la vista ante su luz 
nos golpea con sus patas peludas 
que vuelan hacia adentro
donde todo es oscuridad
y duele 


Estos poemas fueron extraídos del libro Caen cenizas sobre la ciudad, de la poeta Carolina Cárdenas. El poemario fue editado en Chile por Conunhueno, en julio del 2021.


CAROLINA CÁRDENAS

Nació en Bogotá, Colombia, el 8 de mayo de 1982. Es poeta, narradora, pintora, dibujante (ilustradora de algunos de sus cuentos), columnista, docente y editora colombiana. Licenciada en Humanidades con énfasis en Lengua Castellana. Postgrado en Creación narrativa de la Universidad Central. Su obra Caen cenizas sobre la ciudad, fue publicada en 2021. Finalista en el Concurso de poesía Nueve editores con la obra Después de la nada, 2021. Premio Internacional de Poesía, Rostros para autores con un rostro. Accésit, con las obras Ninguna tierra me habita y sin embargo soy, 2018. Ganó el concurso de cuento Estímulos a la Creación Artística con el libro Parajes inesperados. Ganó el segundo puesto en el II Concurso Nacional de cuento El Túnel (2011) con A la deriva. Finalista en el Concurso Nacional de Cuento La Cueva con Mañana será otro día (2012). Publicó Somos náufragos (2013).


Fotografía: Ferbugs

sábado, 3 de mayo de 2025

«Para imaginar distancias»: HAROLD CUADROS




Contemplo el jardín perdido de tu nombre.

                [La noche invade mi sangre]

Mi corazón gira alrededor de mi garganta
y en este huerto olvidado,
las memorias florecen como astillas.

                                                                Tu nombre esconde todos mis signos



Una palabra de consuelo;
mi alma agitada espera la noche
y sobre los cimientos de esta casa paterna
el miedo es un cristal de ojos.

Rueda sobre 
el mismo dado que juega la muerte
un mensaje del río Támesis:

                                                Londres,
                                                no es solo una ciudad
                                                es un mapa de notas musicales.

Una palabra de consuelo;
y mi alma espera al gorrión de la medianoche.

                                                                                        Eclipse



Todo está muerto, 
lo que esperaban de mí
me ha destrozado.

Mi corazón 
se detiene
en las calles,
en los muelles
y en las casas vacías.

Y ahora,
me suceden los nimbos
con sus cantos.

Las entrañas me envuelven 
en su llanto,
y, sobre todo, lo humanamente posible
se muere el espanto, acaba el silencio.

                    El relámpago es un pulmón de mariposas. 

                                                                                        Légamo



Por debajo de mi sombra 
se bifurcan los sueños profundos.

Mi cuerpo es un vaso de agua sediento
que se une a las olas del mar.

Mi alma expulsa
gorriones
y sobre este cristal de estrellas
algunos hombres se cuelgan de la noche.

                                                        Para recordar canciones


Estos poemas han sido extirpados del libro Para imaginar distancias y le pertenecen a Harold Cuadros. El poemario ha sido editado en octubre del 2024 por el grupo editorial Albea de Juliaca.


HAROLD CUADROS

(Juliaca, 1991) Es un escritor esporádico que se destaca por su estilo literario peculiar y su capacidad de entrelazar realidades distantes a través de sus palabras. En 2013 publicó Itinerario de abril. Además, fue director y editor de los boletines literarios Osadía (2015 - 2016) y Alcohlemia (2017 - 2019), espacios donde promovió la difusión de trabajos literarios y culturales. En 2017, lanzó La última y nos vamos, un libro de relatos que amplió su producción literaria. Se formó en el el programa de Lengua y Literatura de la Universidad Nacional del Altiplano.

Foto: Chris F

lunes, 20 de enero de 2025

«9 DE ENERO»: Abel Rodríguez






Para Marco Antonio Samillán Sanga

Breve colibrí de fuego
Pasa tu mirada por las horas, sin pasar

Por las cuencas de la plaza 
avanzan las sombras
que ladran veneno 
sobre tu cuerpo de lluvia

Horizonte oscuro
sueño blanco hecho dolor
tierra de infancia
convertida en golpe seco

Pasa tu mirada por las horas, sin pasar

Han llegado para quitar 
de nuestros pechos tu nombre
Han llegado, tienen el mismo rostro,
todos con la misma fiera 
atada a las botas

Marco Antonio, 
pasa tu mirada por las horas, sin pasar...

Pasa sobre el cielo el eco de tu voz
pasa este instante 
sobre lo más profundo de lo eterno

Tu imagen es ahora de montaña,
de colibrí de fuego, de río transparente

Las aves del odio serán echadas
los rostros del poder no serán olvidados

Al silencio acudirán 
los hermanos y hermanas de fuego,
los brazos del viento,
de la ciudad del viento 
llevarán al infinito tu recuerdo

Justicia, es ahora el camino,
la luz del día, la jornada de trabajo,
la casa comunal, 
la memoria ahora se llamará justicia

Breve colibrí de fuego
pasa tu mirada por las horas, sin pasar



* Este poema fue leído por su autor en un recital poético musical acaecido el 10 de enero del 2025, conmemorando los dos años de la brutal masacre por parte del gobierno de la funesta Dina Boluarte en que la Policía Nacional del Perú disparó contra los manifestantes en Juliaca durante la paralización de Puno en el contexto de las protestas del 2023, donde 18 personas perdieron la vida.


Pintura: Ruth Ingaluque, "Puno sí es el Perú". (Esta obra de arte fue vetada por la Biblioteca Nacional del Perú y retirada de la V Bienal de pintura Brisas de Titicaca "Puno en el bicentenario").

domingo, 12 de enero de 2025

«Árboles gigantes»: CÉSAR HIDALGO







ÁRBOLES GIGANTES

El sacrificio está 
en los rincones piedra
La inmensidad no era
hasta que cayeron los gigantes
Valle Sagrado de los Inkas
todo imperio buscó las faldas
de cadáveres exiliados
La verdad no fue para todos



ONOMATOPEYA DE UNA FATALIDAD

Y el desgarro de los árboles antiguos
fue el crujido universal
En cada pedazo de 
inmensidad naciente
hubo dolor y luto verde
Los volcanes y los rayos
tienen el grito y la fractura
de los gigantes muertos



MADRE DEL AGUA (Yacumama)

La madre del agua 
saltó de las copas
de los árboles gigantes
cuando los dioses los cortaron 
por eso se esconde
en la sombra de los lechos
conoce la fatiga del tiempo y
el agobio del aire
Su misterio es luto



SENTIDOS

Ojalá todos pudiéramos
oler el destino
así veríamos qué ocurrió 
hace mucho
Cuantos estados hay que pasar
para ser humano
y terminar en el olvido
criminal y cómplice
de la muerte de
los paisajes y su memoria
La onomatopeya primitiva
se perdió
La memoria verídica
conserva lo que está por venir
y hasta lo que no acontecerá
Eso lo dijo el brujo mayor
Ino Moxo



LO QUE SABE LA AMAZONÍA ANTIGUA (Kaametza y Narowé)

La mujer fue primero
antes que las
luces y los colores
Y desde costilla nació el hombre
la vio hecha sol
Ella era un manantial
La cópula inicial de todo
La sangre fue tempestades 
y desbordes
hervor de sexos
onomatopeya del deseo
El embrión de los días 
en erotismo cariñoso
La fauna sensual
entre los verde inaugurado
Cielos y soles ardidos de
locura y creación
Y el mundo sucedió



Poemas extraídos del libro Árboles Gigantes del poeta, editor, gestor cultural y cantautor mapuche César Hidalgo Vera. El poemario vio la luz en el 2022 por la editorial Conunhueno y se reeditó en noviembre del 2024 para ser presentando en la I Feria Internacional del Libro de Puno.




Foto: HC Digital
Foto (2): César Hidalgo en Puno

domingo, 29 de diciembre de 2024

«El silencio de la memoria»: GLORIA MENDOZA BORDA





LA LECHE NO ES TAN LECHE EN LA MEMORIA

Mirad nuestros inviernos
esas montañas teñidas de leche
apacibles ovejas en su reino blanco
están pintadas en las nubes
acongojada
lloré sobre la leche de las chozas
pájaros muertos sin alas
en techos de paja
estación de la condena
llamas vacas alpacas gallinas
vicuñita alpaquita platerito
latido de granizada
luciérnagas mariposas hormigas
debajo de la tierra convertido en albo

leche congelada en las ojotas
de niños campesinos
no pueden ir a sus escuelas 
leche en los pies de los ancianos
escudriñando caminos cubiertos de nevado
con un bastón teñido de nieve
la mala leche
la dulce leche
granizada en los olfatos 
desatendidas comunidades
por los estados de siempre
mala leche 



TE DEJARON, SE FUERON

"La señora que pinté representa el dolor"

Ruth Ingaluque

Nos miras como no mirando tayka suma taykita
no es tiempo de latifundistas en nuestros pueblos
pasó la Revolución del 23 como corriendo
tus trenzas lo saben 
en cada nudo: muchas muertes
los que se tiraron al río Huancané 
gritando wala wala wala bala bala bala
por las balas de los uniformados 1923
quedó ahorcada en un árbol Rita Puma
las guerreras no mueren nunca
somos el pueblo walawala pujante
tu pollera aroma a muña lo sabe
te reparamos cubierta por la furia de los cielos 
cielo iracundo tu mirada 
tacho vaporoso de salvia el atardecer
te dejaron 
se fueron 
viento violeta te sostiene para no caer
el despoblado nos azota lo delatan tus ojos
una mano toma la trenza para reprochar porqué 
te miro solitaria tayka suma taykita
furia de rayos enceguecidos parten el pasado
alkamaris silban, miras, quieres llamarlos
vuelve al presente suma taykita 
los que te dejaron se reputan mistis
no volverán 
duelen los andes
ellos resisten como migrantes
abruptos bordes de las urbes

te buscaremos con Ruth Pilar
detrás de la granizada
al pie de los cerros 
cerca a la laguna con patos gozosos
te abrazaremos como nunca
comeremos papitas chiara imilla
dormiremos en tu choza 
nos contarás historias 
danzaremos las tres 
eso que te gusta
zampoñadas
donde los cerros despierten sus abras 
comunidad de Huinihui
saltaremos como perdices las tres
serpentinas en el cuello
calzaremos tus ojotas
suma taykita.



ME NIEGAN POR SER UNA MARIPOSA

Confinada a ser una mariposa
una peligrosa 
una mariposa muerta
se crispan de pánico
les sale alergia
cuando decimos 
bosque
los árboles abren sus brazos
me abrazan
cuando hay bulla
cuando me dicen 
culpable sin serlo
creen que soy
la sombra de una cachorra
danzando con la colita
de un escudo
ella la perra
tiene más humanidad
no maté
me equivoqué
pensé en la equidad
aprendí atravesar ríos
siendo muy joven
me hice amiga de las piedras
los sapos croaron
sobre mis huesos
explotó mi sepulcro
con el aire 
me convertí en viento
estoy como olvidada 
escribí poemas 
sobre la paja atrevida

soy retama 
petrificada 
en los ojos
de una historia incierta
no pido que te mudes
a las montañas
esto que abruma
mi corazón
a secas
puedo hablar
desde la lluvia
ya no habito
granizada
debajo de la tierra
nuestra mítica diosa universal.



GRECIA

La capturé 
ojeando el mar
a la distancia
cortándose los cabellos
para auxiliar 
salvar el mar
una más entre miles 
tejido de malla matizada 
playas negras 
peces y gaviotas resisten
ese negro nos cruje
en el pálpito
Grecia Lazarte
otra escultura 
luminosidad en el manejo
esas manos crean el origen
remodelan 
maternidad
patria vida
procura dar rienda suelta
taller Selva Alegre
sálvense 
pingüinos palmípedos 
eternizado en esculturas
no hay ríos que contengan
esa furia negra causante
estrellas de mar / lobos.


Estos 4 poemas fueron extraídos del libro El silencio de la memoria, de la escritora puneña Gloria Mendoza Borda. El poemario fue editado por el grupo Hijos de la lluvia en octubre del 2024. 


GLORIA MENDOZA BORDA
(1948)

Su obra poética publicada es múltiple y heterogénea desde 1971. Afiliada a la Tribu QsJ de Latinoamérica. El 2017, fue declarada personaje meritorio de la Cultura Peruana por el Ministerio de Cultura. Aparece en el Mapa Literario de Puno, editado por Kunah co-laboratorio editorial, como una de los 20 escritores notables. Le rindieron homenaje en el Festival de Cultura y Café "La biblioteca del cóndor" (Club Kuntur de Puno). La 9na. Feria Internacional del Libro de Juliaca (2024) llevó su nombre y fue organizada por el Grupo Editorial Hijos de la lluvia.



Foto: Ron Lach
Acuarela: Alcides Catacora Pinazo

viernes, 8 de noviembre de 2024

«2 poemas anfibios de fakelove»: Mariana Espezúa





JANIRJA

Yo que recuerdo mal las circunstancias de mi
propia vida
no sé cómo he llegado hasta acá.
Donde la mente es un ser frágil
y dios
pequeño ser
no ama.
Entre categorías históricas
que se oponen al esplendor.

No recordar 
que la lucha meliflua y mi odio
son de lejos el mejor arte.
No necesito más aflicciones en mi vida.
Necesito presagios 
del final de temporada
mientras voz trenzando mi cabello como
Penélope en espera,
con la certeza de que nunca llegará a Ítaca
ningún barco,
ningún pordiosero,
a decirme
                                                "MUJER, HE VUELTO A CASA".

Yo, mujer,
di a luz en el aire.
Aunque nunca quise ser madre,
contigo - mundo
quedarme quieta
pariendo aquí mismo
hasta que llegue un camión
y la vida haya mudado
completamente
de nuevo.



PENSAMIENTOS DEL PRÍNCIPE HONGÓFAGO QUE JUEGA EN EL POLVO

Hay formas de complicarnos la vida
Hay gustos sobre formas de complicarnos la vida
Hay
la creencia de saber escribir
un epitafio
o las instrucciones para una emboscada. 
Hay, príncipe hongófago,
tu existencia
de cicatriz maquillada.
Hay forma
entre tus arterias.
Una trampa encuadrada de huesos.
Una
sensación de sentirse acompañada
ante una detonación cualquiera.
Hay la visión de neblina confusa en mi agua.
En la forma de mi agua.
Donde eres
todas mis edades
de fakelove carroñero.
Hay 
la sensación de ser libre
ahora que puedo apartarme.

Foto: Johanes Stoetter (Body painting)

sábado, 17 de agosto de 2024

Boris Espezúa Salmón: «AJAYU DEL FUEGO Y LOS ABISMOS»






FRENTE A LA MUERTE

Tengo miedo de no poder decir la última 
palabra y que me trabe al pronunciarla.
Miedo al puñado de hojas de coca que
dejarán en mi boca al morir y que la 
eternidad hable por mí al infinito, con mi
lengua muerta.


CADÁVER UNIVERSAL

Sólo un muerto puede concentrar toda su
vida en la sombra.
Porque el muerto es la verdad de toda mentira
y es capaz de toda la soledad del mundo,
y de asomarse a la divinidad y al polvo.
Con el muerto la tierra encuentra su respiración.


CENIZA

La ceniza es la consumación temblorosa de lo 
vivido. Es la síntesis final de toda la existencia, sin
espacio, sin peso, ni tiempo.
Es la levedad pura cerca al olvido, que se esparce
en el aire y se abona en la tierra.


DIABLURA

Es en verdad difícil vender el alma al diablo.
Tampoco es fácil ser su abogado, ni su 
representante en la tierra.
Porque está en nuestro ser. Porque el diablo
         conversa con Dios dentro de nosotros.


DESENTIERRO

El Sol enterró al final de la calle
el fulgor de sueños que se
disiparon de mis cenizas.
Busco en mis huesos un olor de
madrugada, donde los muertos
               jamás dejaron de hablar de mí.


DÍA DE LOS MUERTOS

Las ánimas benditas vienen al medio día en punto.
A la hora en que se voltea el día, porque de la oscuridad
vienen los espíritus sin tiempo a compartir la mesa,
entre rezos y oraciones. Todos nos consolamos con los
visitadores y oferentes y el día se despide una vez más
de la muerte.


COCINA AYMARA

No hay que comer ocas en la noche,
porque nos comemos el alma de nuestros padres.
Tampoco hay que comprar ni vender sal de noche
porque te empobrecerás.
Y para no odiarnos no debemos compartir
el ají con la mano izquierda,
ni sacar ceniza del fogón 
para asegurar una buena comida.


¿ALGUIEN TOMARÁ LICOR DE MI VASO?

Por los genes soy alcohólico y también porque
no tengo otra razón para aceptarme vivo.
Sé que el sol ni la muerte pueden mirarse de cerca.
Yo todos los días los acerco a los dos en mi atmósfera.
Los veo a cada instante.
En el espejo esta el verdadero respiro de mis ojos,
en esta boca impura sólo hay coágulos y enigmas que
ahogan el desaliento.
De los abismos que se derrumbaron en mí, la muerte
de mi madre y de mi querida Rita me devastaron.
No me guardaron en el abismo de sus manos para
acordarse de mí.
Comí tierra con lombrices azules para tener el color
mismo de la piel de la tierra.
Corrí tras el río para borrar mi pena en toda la
extensión de la pampa, pero no quería dejar de correr
un día contra mí mismo, ni con las estrellas caídas
en mi suelo.
Al latido de los puquiales, el hechizo de la orfandad me
fue calmando,
al arribo de la tormenta, mi corazón achacoso se volvió
batalla incesante.
Bebí la lentitud de las distancias entre la melancolía y
la desolación raspados en alcohol. 
Ahora, con frecuencia veo esas imágenes tras el vaso
de mis propias lágrimas.
Acerco mis alas al cielo desde la cruz de dos caminos
que le hablan a mis ojos perdidos.

Mi voz licoreada sin hampas, ni bellaquerías, canta aún
disparatando la mañana, destemplando la cotidianeidad.
Me meto con mi dolor en los rincones del alba que llora
por verme con vida y no hacer morir la eternidad en el 
agua, que sale de las sombras y apertura el nacimiento
de mi adiós. ¿Dónde está esa sombra que rasguñaba 
al viento?
Hay una sangre que renace y se cicatriza en el pecho 
de un gusano ebrio.
Allí no sobra la eternidad, lo que sobra es la agonía
que pone los ojos en el muro de la resistencia.
Hay que darle un perdón a este dolor antiguo, que
nadie puede dármelo.
Hay que trazar un círculo en el cuerpo y escarbar el 
eje de la nostalgia.

Se apagan entre mis brazos los faros de los itinerarios
recorridos, con un pañuelo que llevo para enterrar
mi último adiós.
En mis rezos pido ver a la muerte aligerada con ala
de lluvia, con humo de octubre. Un amor que cicatrice 
mi sangre, un relámpago que rompa mis lágrimas y
ponga mi rostro en un espejo de agua para que nadie
me vea.
Mi sueño no me pertenece, sólo puedo amarrar mis
pocos días con mis pasos que se pierden con los ecos 
de la lejanía.

En ese licor extraviado mis palabras intentan escapar
en círculos, el azar está en la mitad de mis ojos,
donde el licor se queda en la tercera parte de mi pena.
No espero nada después de mí que calce con mi
abandono, con este dolor inocuo.
Sólo espero recuperar debajo del corazón
las flores de mi dignidad donde se doble otra vida
que no tuve. Mi tiempo se deshiela.

A pocos recibo el calor de los tulipanes, enamoro
a las nueve olas de la esperanza que me dicen adiós tras
el tufo de las mañanas,
aguardo el próximo rayo que caerá sobre esta cueva 
de los siete durmientes, donde bebo aguardiente y
arrojo de madrugada un silencio que hace temblar 
mi desamparo.
No me merezco todo lo que hay dentro de mí.
Sólo me merezco una luna irredimible, un vuelco
de suerte y un epitafio sin cruz.
Me voy yendo dentro de mí. No tengo ningún signo y
mañana no habrá otro día. Lo sabemos todos.

Sé que seré borrado por un agujero del tiempo,
por un rubor de cirrosis, por la mitad de mi 
sorpresa final y por precipicios donde caiga mi mirada.
Mientras una araña borracha lleva la cruz de mi suerte 
en la espalda.
Aunque alcoholizado todavía oigo un murmullo sobre el
hombro de un escarabajo.
Veo las sombras con sus bordes de grito y la sangre 
del búho, con sus ojos vidriados, que hipnotiza a la piedra 
en la que me estoy convirtiendo.



JINETE DE TRES EDADES

El pasado me alcanza con su caballo.
Aparece con su poncho negro y su sombrero
         de paja cortando el viento.
En el camino ha visto cómo lloran los helechos
        y cómo la Luna se esconde
        cuando el canto baja de su
        montura.
De noche llega con sus ojos sin fronteras
y trotando con su rienda recoge el infinito.
Sabe que tendrá que cruzar 
        sin detenerse, los derrumbes cíclicos 
        del tiempo.
Mientras tanto uno de los ciclos quedaba vacío.

Sus ojos que nunca se ocultaron ante el Sol,
        disparaban flechas a la adversidad.
Mientras esa adversidad ataba al Sol y
        los vientos en galpones de páramos
        donde bajaba su voz, pero no su canto.
Desmontaba las cabalgaduras de sus canciones 
        cantadas con la oscura sangre,
ante la crecida de la sombra que aprendió a abrazar a 
la lluvia para no desampararse.

Abrazó también la calma de las garúas sobre
los campos donde se queda temblorosa la fe.
Para el pasado no hay eternidad estancada de
fuego desnudo que busque la luna llena.
Mientras salimos para afuera regresamos a dentro 
        de nosotros.
No nos damos cuenta que al dormir el humo despierta
        nuestra fuerza interior.
En su largo recorrido ha oído encallada la voz
        del mar en sus costas,
la voz del río encendido dentro de sus venas verdes.
El crepúsculo con su rostro renacido ha galopado
        contra la sed y los obstáculos.

Ahora ha venido a estar conmigo.
El caballo relincha levantando sus patas delanteras
        ha llegado a despertar los pasos,
donde el ayer no se precipitó en los abismos, ni
        cayó en la ladera del olvido.
El caballo aún extraviado nunca dejó su aliento 
        que mordía los miedos.
        Tampoco dejó el agua
        que se escabullía de su mandíbula.
El jinete jamás fue un soplo que irrumpe de la sombra.
Su desventura que ensillaba todos los días 
predijo la luz del retorno desde la
        visión andina circular que
        a galope ilumina sus huellas.

Estuvo permanentemente salvando su alma entre
        los escombros, a pesar
de su mirada que alboreaba el desfallecimiento
        de su hambre.

Jamás dejó de trotar en los intersticios del silencio,
en los montes donde se borran los ponientes, en los
        soles apagados y las lunas
        deambulando.
Jamás se perdió entre distancias y recodos, entre
        meandros y peñascos, entre
        cenizas y atajos.
El pasado en su caballo blanco vino a morar en 
        este panteón del futuro.
Ahora que ha cruzado las dos pachas y pronto
        pasará al Uku Pacha.
Con sus ojos alarifes recogerá el presente sin sus
estribos, con un esplendoroso cielo azul que hará morir
        las noches más negras.



Estos poemas fueron extraídos del libro Ajayu del fuego y los abismos, editado por Pakarina, en Lima, en mayo del 2023.


BORIS ESPEZÚA SALMÓN
(Puno - Perú)

Escritor y abogado. Es docente principal en la UNA-Puno. Premio Copé en poesía 2009; ha publicado los poemarios A través del ojo de un hueso (1988), Tránsito de amautas y otros poemas (1990), Alba del pez herido (1998), Tiempo de cernícalo (2002), Gamaliel y el oráculo del agua (2010) y Máscaras en el aire: Candelaria, fe y fuego (2015). Además de libros de Derecho, así como el ensayo Nudos y voces de la república (2021). Pertenece al grupo Pluralidades de estudios de debate intercultural, es miembro de la Sociedad Peruana de Derecho Constitucional y forma parte del Consejo de Investigación de IDECA.

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