A:
Nemesia Bolívar Arcos
y Epifanio Reaño Soto,
legendarios abuelos
que sin querer me dieron
el idioma de su amor
y el más fino sentimiento.
«La mucha belleza me hace siempre persverso»
José Watanabe
EQUILIBRIO I
En verdad no sé si una carta pueda
Servirme para decirte que en el fondo del mar
Hay ilusiones y palomas que no vuelan
Durante miles de años mi palabra
Caminó ciegamente junto al viajero que gustaba
Sembrar violetas en medio del polvo bellísimo
Del misterio y la locura
Solamente vi que las agujas de la costurera
Zurcían la ruta de quienes soñaban
Con comerse toda la madrugada enterita sin ningún miedo
Tantas veces
Y no precisamente al azar tuve una niñez
Como cualquiera que invade el cielo
Donde las nubes nacen y mueren de tristeza
Tienes que acostumbrarte a no morir
Me dijo una y otra vez lo más óseo del jardín
Junto a los olvidos hice arder
Al más peligroso minuto cuyas ropas omnívoras
Siguen oliendo a los ciegos dioses
En una tarde sin sol
He respirado toneladas de aire
Y hasta quise tocar los labios de un nadie masculino
Hundirme en el después sobre una yegua turquesa
No sé si esta carta primordial
Tenga algo de mí o algo del que no fui
Pero sé que los barcos vienen arrepentidos
Y cargados de maleficios de un vaso paleolítico
Bebiendo el intacto equilibrio de tu amor
EQUILIBRIO II
Me ha tocado vivir muchos destinos
Tal vez buscándote en las gruesas enciclopedias
Donde las aguas del río son mágicos
Y donde tus besos saben a místicas litografías
Me ha tocado vivir tantas muertes
Y ser feliz en la medida de la injuria y la ignorancia
Me ha tocado simplemente soñar
Con el fenicio aroma de tu boca
Ora incesante ora irrevocable
Pude ser un pájaro lo mismo que una profecía
Pude habitar el Sur o el Norte de modo imperturbable
Pude interpretar la mentira reptil con mi arpa
Pude ser anciana durante siete noches con sus días
Me ha tocado vivir tu vida
Estás cubierta con mis cenizas
Y eres más generosa que una catedral de arena
Y en tus senos guardas la mutación del idioma
Y en tus ojos se repiten los pasos del intacto ayer
Vivo como vive la estadística
En medio de los astros
Tal y conforme vivía el esclavo en la isla
Pensando en el comienzo del fin sin final
La muerte no existe me repito una y otra vez
Así como blancos son tus muslos una y otra vez
Y así como la tristeza es tierna una y otra vez
Vivo con mis remos al hombro
Inventando el añil crepúsculo para ti
Que vives en la esquina lluviosa y bíblica
El amor había sido como el invierno que llega sigiloso
Con su tigre de bengala y su nostalgia sucesiva
EQUILIBRIO III
En la inmensidad de la sombra
Se ha perdido mi amor con su frescura de álamo
Iba en tu búsqueda
Siguiendo las huellas que tu alma dejaba
En los templos y en los patios del día
Este amor tan pulcro y tan deformado
Parece una patria en llamas o una ciudad
En donde todos los colores son amables pero fatales
Mi amor te espera desgrangrado
Ya en la lejanía donde la flor es pasión
Ya en el remordimiento donde la muerte es más deseable
O en la hondonada del silencio
Donde todos arrojan sus descoyuntados recuerdos
Mi amor y mi perro te buscan
Aunque la memoria pierda su hermosura
Y la tarde ya no sobreviva en el espejo
La pena trae su pie roto desde siempre
Algo así como que la rosa está sentencidada
A morir en una feria de versos donde los gitanos
Adivinan el paso del infinito cor clausurada ventana
El paso de la uva negra por tu piel
El paso de tu dinastía y su tiniebla
Nadie puede escribir la historia del anochecer
Excepto tus manos quietas y tácitas
Nadie puede decir el nombre de la sed
Excepto tu lengua tatuada con la sal del ocaso
Mi amor y mi perro te siguen buscando
Es así que conocen los mausoleos del mundo
Y en todos los idiomas han recorrido los olvidos
Para verte por la hendija que va hacia tu laberinto
EQUILIBRIO IV
Mara es una isla donde la noche
No acostumbra a dormir en los bosques
Y menos rebuscar los nombres de quienes
Fueron muertos de manera plural por culpa
Del amor y sus lobos
En esa isla tú naciste
Antes que el mismo génesis y su piedra
Tal vez más antes que el paso cubriera tu ombligo
Ahí tu voz fue creciendo
Tal y conforme crecen los minerales en el jardín
El tiempo acarició tus pies
Con el poder del milagro
Y la cadencia del último siglo
Mara es una patria donde no hay sábados
Y el río pasa y los colores están como cansados
Y las hierbas abundan hasta el espanto
Y los niños huelen a jazmín
Aún recuerdo el brillo de tus uñas persas
Aún recuerdo el mármol donde bañabas
Tu alegría cada vez que la música
Se inventaba a sí misma
Es por eso que estás hecha
Con todo el universo de lo perdido
O en ti se ha perdido todo el universo
Al final ya nada importa si la historia
Tiene ojos negros y símbolos intraducibles
Me han contado que en esa tierra
Tus abuelos y los míos están esperándonos
Como un plato de bermejas flores
Y con una llave para desoñar lo soñado
A LA MEMORIA DEL MÁS BELLO GUERRERO
A Pascual
Seguro que él nunca se propuso
Conquistar ni al tiempo ni a la aurora boreal
Seguro que él nunca creyó en la suerte
De las palabras en la boca de un ángel
De un ángel erudito pero domesticado
Dócil como dado para hacer trampa
Seguro que él no supo viajar con angustia
Y mucho menos supo si Trakl se orinó de miedo
En la batalla de Grodek
Seguro que él nunca viajó en las alas de la nada
Y jamás se enteró si había olvido
En un rinconcito de Macondo
Pienso en él desde otro país
Trato de verlo como mis ojos ecuestres
Como un ser que nunca probó
El fruto del árbol polvoriento
Lo imagino cabalgando en el lomo esencial
De las cosas más simples
Lo imagino ponerse a la cintura
Frescas agonias de setiembre
Con tal que olvidaras al ayer
Y los nombres de la inocencia
Lo imagino cruzando una calle cualquiera
Sin saber que su sangre podria perdurar
Como el amancer en Edimburgo
Estoy seguro que él es el mismo sándalo
Así como estoy seguro que el Oeste existe
Que la noche esta enterrada clandestinamente
Que la luz de la vela arde como un huyaco
Y quema como la noria de tus besos.
LUZGARDO MEDINA EGOAVIL (Arequipa 1959 - 2015)
Fundador de la revista «Eclosión» en la década de los 80's. Periodista activador de conciencias, incansable ecologista, defensor del folklore y los derechos humanos. Ganador de innumerables premios a su labor como poeta y compositor. Publicó los siguientes libros: «Las bodas del dios harapiento» (Editorial Rosas - Arequipa 1981), «Cuervos en Sodoma y Gomorra» (Editorial Egrentus - Arequipa 1983),«Contra los malos presagios» (Editorial UNSA - Arequipa 1995), «Ad libitum» (Lluvia Editores - Lima 1996), «Avatar» (Editorial UNSA - Arequipa 1996), «Rostros del sueño» (Editorial UNSA - Arequipa 2005), «Nada» (Editorial UNSA - Arequipa 2007), «Cronología del equilibrio», (Editado por el Instituto Nacional de Cultura - Cusco 2008), «Bajas pasiones para un otoño azul» (Editado por Petro Perú - 2008), «Alegorías para un amor gitano y una carta para César Moro» (Editado por Petro Perú - 2014).
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De izq. a der. Filonilo Catalina, Jorge Astete, Leo Cáceres, Luzgardo Medina, Marco Fonz y José Córdova |
qué tal manchita poética
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