domingo, 2 de septiembre de 2018

André Góes: «Patúa de ternuras»




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Las palabras son traicioneras
Las imágenes están viciadas
Toda fragilidad es brutal
Esperanto gestual
Pajarístico esencial
Y el dialecto oculto del corazón de las hadas.


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Rondaba la fábrica de los colores de infancia
Las primeras y amarillas fiebres del sol
En aquellos tiempos sabía desmaterializar 
Ciudades enteras en los espejos de la retina.


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A modo de educar serpientes
Y adiestrar parientes
Nada dura para siempre
Pero las flores se pudren
Bien antes que los dientes.


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Gente con menos suerte para sangrar por dentro
Cuchilladas que no valen un dólar
Serenas pálpebras cerradas 
En la morgue de un pueblito al sur
Carnadas humanas
Rabias de fin de agosto
Lotería del inevitable
Palomitas que duermen con murciélagos
Y se despiertan de cabeza para abajo.


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Desde el día que subiste
A los largos gallos de aquel árbol
Para nunca más volver

Allí nació una ventana triste
Por donde llegaban los pájaros
Que cantaban una melodía 
Parecida al color de sus ojos

Yo era pequeño y todas las tardes volvía allí
Creí que llegarías con el achachairú
O con los pájaros

Ambos venían pero tú no estabas
Hasta que un día me di cuenta
Que mi cuerpo había crecido lo suficiente
Para manejar el hacha olvidada
Siempre callada tras la puerta de la cocina

Desde tal día en nuestra casa
Nunca más se escuchó hablar
De raros pájaros que cantaban

Melodía de verde selva / tierra húmeda
Madera ocre / carmín de sangre y miel

Desde ese día en adelante 
Noté que la señora que nos cuidaba
Parecía poder dormir
Con una expresión un poco más tranquila.


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Era poeta, decían
En tiempos díficiles
En épocas remotas

Era poeta, sentían
Al ojo del huracán
En el alma de la revuelta

Era poeta, insistían
Una brújula de vientos
Y doblaban la apuesta.



Estos poemas superlativos corresponden al libro: «Patúa de ternuras», Ediciones Golpe Bajo, (Bolivia, verano del 2017), del poeta, cineasta, actor y gestor cultural brasileño André Góes, afincado en La Paz - Bolivia desde hace ocho años. Góes dirigió una película llamada: «El museo de la nada» que fue filmada entre el 2011 y el 2013 y finalmente estrenada en 2015, en Bolivia, con un gran éxito por su hondo sentido poético ya que el escenario es un extenso salar repleto de metafísica.


Foto: "André Góes en el muelle de Puno". © Archivo personal del autor.
https://www.facebook.com/andre.goesdmenor




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