LADRIDO
y un buen día algo con brusquedad se rompe
bajo la línea del horizonte
una brisa nerviosa resbala
de cara al sol
una nube pasa
con el hueco de una ausencia
se escuchan los dientes de la nada
masticando la sombra por un solo lado
en el núcleo del núcleo se instala lo contrario del núcleo
como un ovillo de cifras que brotan
algo que sobrepasa tu comprensión
se anticipa y cambia de idea
las raíces de plátano continúan arando
la ciudad por abajo
en la ventana el aire parecía instalarse
para velar la íntima modorra
el eco arranca el hocico al perro del ladrido
la tarde tiene un olor animal
el frío huye cuando el hombre saca la mano del bolsillo
y la muerte intenta escabullirse de sus depósitos
VENTOSA
sin duda no estoy en el lugar donde yo hablo de mí
¿qué duda cabe?
¿quién podría hablar de sí mismo
como si desde el interior él se mirara en sus propios ojos
sin que el otro se vea en el pasado
con la medusa del vacío impresa sobre su rostro?
ventosa...
merienda
y si también el agua envejece
en los meta-universos que nos humillan
mi eternidad se evapora
en el límite termodinámico del conocimiento
así mis poros quedan insensibles
en el frío cósmico donde dormitaba
la serpiente del tiempo de la que
se dice
procede de la materia
incluso si me rebelo
también subo sobre una caída
junto a otros mortales
(borrachos
fanfarrones
y suicidas)
y la flecha disparada hacia el futuro
siempre llega al pasado
con una melancolía inexplicable
en vano intento atravesar la sabiduría
de 50 masas de Plank y de la nube inicial
de partículas pesadas
la muerte continúa depositando sus larvas
en esta densidad y yo me quedo con su merienda
gratuita
BAR "L'AVENIR"
un provenir más seguro que mi lugar en un taburete
en la barra del bar "L'Avenir" de la Avenida Circular
de París no creo que pueda tener
en este bullicio de puertas de la circularidad
es incluso bastante bueno y con Jacques el barman intercambio
a diario el ça va? ça va?
entre un alcohol y un poco de café
yo calculando inútilmente la miles de botellas vaciadas
en las decenas de miles de cócteles de la historia
y él con la espada vuelta a la hilera de botellas
cuyo espacio jamás se agota
fumando...
y como la parte que se me destinó (¿por quién?) no ha
corrido sino
en un número ínfimo de botellas y si bien es cierto que de
ahora en adelante incluso menos lágrimas de pure malt
caerán en mi vaso
me levanto pronto
bruscamente para gritar que sólo de las cifras sale la tristeza
del mundo
que nos infectan estadísticamente
débil hormigueo de un tiempo
en espermatozoides pálidos
liberemos -me dije- el tiempo de las cifras así como la metafísica
del bar "L'Avenir" sabe sólo del tiempo que consume y se consuma
así
de caminar obstinadamente sobre las huellas de tus pasos
pero al lado
olvidando el final y el comienzo y olvidando en el acto
que olvidaste
como olvidado puede quedar en el fondo de la botella
un resto de eternidad
y como mi paladar tiene la memoria corta
e incluso le es difícil anticipar los alcoholes del presunto futuro
a veces me pregunto
si mis ancestros no bebieron hace ya muchos años
ciertos vasos que el destino titubeaba
en destinármelos
el tiempo es sustitución...
SERPIENTE DE PAPEL
ni el fruto de las nueces quebradas con el puño sobre la mesa
ni del corazón lluvioso de la nube podría adivinar
el porvenir del árbol frondoso que ensombrece
la casa improbable de mañana en caso de construirla
bajo la lluvia intermitente
en el cruce de los caminos que entretejen cuidadosamente
mis extravíos cotidianos ocupo una sola piedra
sobre la espalda del intervalo
lo suficiente para tocar
mi apéndice que me dice
que yo existo para mí en mi interior
con mi dolor que a veces se desborda
mi libertad es la ociosa rotación en lo visible
de la espiral inflamada por invisibles quemaduras
como una serpiente de papel en el horno encendido de la
infancia
y la rotación de la elipsis se sostiene en un solo dedo
de una mano del porvenir de otro modo una mano
agitada por tu mano
el porvenir -se sabe- existe tanto como el porvenir
raudo de los cólicos de los alcohólicos
de las lluvias y de las nubes de las lluvias
de la putrefacción de la putrefacción y del alcohol
de la putrefacción de la putrefacción
y yo contribuyo al porvenir con
la flotación de mi cuerpo en un río subterráneo
hacia el molino que muele
polvo
polvo
polvo
mientas mi terror rasguña su ser
como un niño su rubeola
*
à mon père
y tu ausencia definitiva ahora
empieza a echar raíces
como los micelios en los muros de las casas abandonadas
todo se resiste a la insistencia con que te niegas
cuando el horizonte la claridad asalta la espalda
de los montes
y en los signos verdosos hacia el cielo indeciso ella envía
este silencio que nos llena los ojos de lágrimas
las tierras vírgenes acogen las humildes aguas
antes que los manzanos celebren la belleza
en los jardines donde el aire guarda las cosas en un
suspiro precario
la eternidad intenta sus ácidos en la putrefacción
sobre los despojos de un perro arrastrado por el torrente
flores amarillas han florecido junto a su mandíbula
el saúco muerto tiene retoños
empapado por la savia indiferente
desde el río los fresnos te saludan por última vez
sobre todo el fresno sanador
que enterró bajo su corteza los espinos de la alambrada
signo de que seremos un solo cuerpo con nuestro propio
límite
olvidados quedaron en tu campo de heno
construido como tu resignación
en los años cuando entendías la amistad
con la que el destino te vencía
y así como tus brazos ya inertes
aún se tensan en el recuerdo de una amenaza
tu trabajo
palpita en el abrazo de nuestra ineptitud
sabía que empuñabas
con la misma fuerza en el mango de la guadaña
y la aspereza del infortunio
porque la nimiedad del día a día seguía siendo
la modorra de Dios en las tardes con los morales
que manchan el ocaso
y tu desconsuelo se hizo enfermedad de vida que no
se confiesa
como una carga leve
llevada en equilibrio sobre tus hombros
y como sabías que la vida quedaba como única recompensa
de la vida
ella te protegió de las tristes pasiones de su difamación
el tiempo que corrió para ti la harina sombría
del tiempo molido por la rueda del día y de la noche
pero tú te alejabas cada vez más de nosotros
acogido en el corazón de la soledad
allí donde nadie sabía acompañarte -alegre sin embargo
del instante
cuando la misma lágrima
ofreces el amor y su impotencia
te diviso de nuevo en la falda de la montaña
delante de los caballos que conduces
para frenar sin miedo la carreta de heno
hasta el final arrastras tu viejo mundo
sosteniéndolo con tus pies
protegiéndolo contra el derrumbe
ahora yo estoy a la cabeza de una columna
con la respiración de mis años sobre la nuca
ya no sé cómo clavar los talones
en este resbaladizo camino que desciende
y mientras con la punta de la lengua yo recojo
el dulce recuerdo del polvillo
de esta azúcar cristalizada que me habías traído
del campo de trabajos forzados
en un papel estrujado
de palabras amargas
BONUS
ANIMA MAL NATA
el viento levanta un torbellino de humo
un gato se desliza sobre un extremo del muro
pensando que los gorriones han olvidado volar
leo acerca de los infelices
que heredaron anima mal nata
como una mancha de nacimiento pero en el alma
mientras flota la misma confusión de
concavidad del adentro que se desbordad
avanzo con la misma tristeza carnicera
sin saber por qué mi frente golpea contra todas las piedras
cuando me gratificaría la clara sombra de tu axila
y el triángulo migratorio bajo tu vientre...
Estos poemas fueron extraídos del poemario El frío intermediario del poeta rumano Dinu Flamand, editado en México, en agosto del 2016 por Valparaíso Ediciones. La traducción al español fue realizada por Omar Lara.
(Transilvania, Rumanía, 1947)
Es poeta, ensayista, periodista y traductor. Sus libros han sido traducidos a varios idiomas y publicados en numerosos países de Europa y América Latina. Entre sus títulos más importantes se incluyen Estado de sitio (1983), Vida de prueba (1998), El frío intermediario (2006), Sombras y rompeolas (2010), La vigilia y el sueño (2016) y Hombre con un remo al hombro (2020, Premio Nacional Lucian Blaga).
Foto: Franco García