martes, 30 de mayo de 2023

DINU FLAMAND: «El frío intermediario»




LADRIDO

y un buen día algo con brusquedad se rompe
bajo la línea del horizonte
una brisa nerviosa resbala
de cara al sol

una nube pasa 
con el hueco de una ausencia
se escuchan los dientes de la nada
masticando la sombra por un solo lado

en el núcleo del núcleo se instala lo contrario del núcleo
como un ovillo de cifras que brotan
algo que sobrepasa tu comprensión
se anticipa y cambia de idea

las raíces de plátano continúan arando
la ciudad por abajo
en la ventana el aire parecía instalarse 
para velar la íntima modorra

el eco arranca el hocico al perro del ladrido
la tarde tiene un olor animal
el frío huye cuando el hombre saca la mano del bolsillo
y la muerte intenta escabullirse de sus depósitos



VENTOSA

sin duda no estoy en el lugar donde yo hablo de mí
¿qué duda cabe?
¿quién podría hablar de sí mismo 
como si desde el interior él se mirara en sus propios ojos
sin que el otro se vea en el pasado
con la medusa del vacío impresa sobre su rostro?
                                                                                ventosa...
merienda

y si también el agua envejece 
en los meta-universos que nos humillan
mi eternidad se evapora 
en el límite termodinámico del conocimiento

así mis poros quedan insensibles
en el frío cósmico donde dormitaba
la serpiente del tiempo de la que 
                                                     se dice
procede de la materia

incluso si me rebelo 
también subo sobre una caída
junto a otros mortales
                     (borrachos 
                                       fanfarrones
                                                          y suicidas)

y la flecha disparada hacia el futuro 
siempre llega al pasado
con una melancolía inexplicable

en vano intento atravesar la sabiduría 
de 50 masas de Plank y de la nube inicial
de partículas pesadas 

la muerte continúa depositando sus larvas
en esta densidad y yo me quedo con su merienda
                                                                         gratuita



BAR "L'AVENIR"

un provenir más seguro que mi lugar en un taburete
en la barra del bar "L'Avenir" de la Avenida Circular
de París no creo que pueda tener
en este bullicio de puertas de la circularidad

es incluso bastante bueno y con Jacques el barman intercambio
a diario el ça va? ça va?
entre un alcohol y un poco de café
yo calculando inútilmente la miles de botellas vaciadas
en las decenas de miles de cócteles de la historia 
y él con la espada vuelta a la hilera de botellas
cuyo espacio jamás se agota
fumando...

y como la parte que se me destinó (¿por quién?) no ha
    corrido sino
en un número ínfimo de botellas y si bien es cierto que de 
ahora en adelante incluso menos lágrimas de pure malt
    caerán en mi vaso
me levanto pronto 
bruscamente para gritar que sólo de las cifras sale la tristeza
del mundo
que nos infectan estadísticamente
                                           débil hormigueo de un tiempo
en espermatozoides pálidos

liberemos -me dije- el tiempo de las cifras así como la metafísica
del bar "L'Avenir" sabe sólo del tiempo que consume y se consuma

                                                                            así
de caminar obstinadamente sobre las huellas de tus pasos
pero al lado

olvidando el final y el comienzo y olvidando en el acto
que olvidaste
como olvidado puede quedar en el fondo de la botella
un resto de eternidad

y como mi paladar tiene la memoria corta
e incluso le es difícil anticipar los alcoholes del presunto futuro
                             a veces me pregunto
si mis ancestros no bebieron hace ya muchos años
ciertos vasos que el destino titubeaba 
en destinármelos 

el tiempo es sustitución...



SERPIENTE DE PAPEL

ni el fruto de las nueces quebradas con el puño sobre la mesa
ni del corazón lluvioso de la nube podría adivinar
el porvenir del árbol frondoso que ensombrece
la casa improbable de mañana en caso de construirla
bajo la lluvia intermitente

en el cruce de los caminos que entretejen cuidadosamente
mis extravíos cotidianos ocupo una sola piedra
sobre la espalda del intervalo 
                                lo suficiente para tocar
mi apéndice que me dice
que yo existo para mí en mi interior
con mi dolor que a veces se desborda

mi libertad es la ociosa rotación en lo visible
de la espiral inflamada por invisibles quemaduras
como una serpiente de papel en el horno encendido de la 
infancia

y la rotación de la elipsis se sostiene en un solo dedo
de una mano del porvenir de otro modo una mano
agitada por tu mano

el porvenir -se sabe- existe tanto como el porvenir
raudo de los cólicos de los alcohólicos 
de las lluvias y de las nubes de las lluvias
de la putrefacción de la putrefacción y del alcohol
de la putrefacción de la putrefacción

                                         y yo contribuyo al porvenir con
la flotación de mi cuerpo en un río subterráneo 
hacia el molino que muele
              polvo
              polvo
              polvo

mientas mi terror rasguña su ser
como un niño su rubeola


*

à mon père

y tu ausencia definitiva ahora
empieza a echar raíces
como los micelios en los muros de las casas abandonadas

todo se resiste a la insistencia con que te niegas
cuando el horizonte la claridad asalta la espalda
       de los montes
y en los signos verdosos hacia el cielo indeciso ella envía
este silencio que nos llena los ojos de lágrimas

las tierras vírgenes acogen las humildes aguas
antes que los manzanos celebren la belleza
en los jardines donde el aire guarda las cosas en un
          suspiro precario

la eternidad intenta sus ácidos en la putrefacción
sobre los despojos de un perro arrastrado por el torrente
flores amarillas han florecido junto a su mandíbula 
el saúco muerto tiene retoños
empapado por la savia indiferente

desde el río los fresnos te saludan por última vez
sobre todo el fresno sanador
que enterró bajo su corteza los espinos de la alambrada
signo de que seremos un solo cuerpo con nuestro propio 
límite

olvidados quedaron en tu campo de heno
construido como tu resignación
en los años cuando entendías la amistad 
con la que el destino te vencía

y así como tus brazos ya inertes
aún se tensan en el recuerdo de una amenaza 
tu trabajo 
palpita en el abrazo de nuestra ineptitud

                              sabía que empuñabas 
con la misma fuerza en el mango de la guadaña
y la aspereza del infortunio
porque la nimiedad del día a día seguía siendo
la modorra de Dios en las tardes con los morales
que manchan el ocaso
y tu desconsuelo se hizo enfermedad de vida que no
                                                   se confiesa
como una carga leve
llevada en equilibrio sobre tus hombros

y como sabías que la vida quedaba como única recompensa
                                                           de la vida
ella te protegió de las tristes pasiones de su difamación
el tiempo que corrió para ti la harina sombría 
del tiempo molido por la rueda del día y de la noche

pero tú te alejabas cada vez más de nosotros 
acogido en el corazón de la soledad
allí donde nadie sabía acompañarte -alegre sin embargo
del instante
cuando la misma lágrima
ofreces el amor y su impotencia

te diviso de nuevo en la falda de la montaña
delante de los caballos que conduces
para frenar sin miedo la carreta de heno

hasta el final arrastras tu viejo mundo
sosteniéndolo con tus pies
protegiéndolo contra el derrumbe

ahora yo estoy a la cabeza de una columna
con la respiración de mis años sobre la nuca
ya no sé cómo clavar los talones
en este resbaladizo camino que desciende

y mientras con la punta de la lengua yo recojo
el dulce recuerdo del polvillo
de esta azúcar cristalizada que me habías traído
del campo de trabajos forzados 
en un papel estrujado 
de palabras amargas


BONUS


ANIMA MAL NATA

el viento levanta un torbellino de humo
un gato se desliza sobre un extremo del muro
pensando que los gorriones han olvidado volar

leo acerca de los infelices
que heredaron anima mal nata
como una mancha de nacimiento pero en el alma

mientras flota la misma confusión de 
concavidad del adentro que se desbordad
avanzo con la misma tristeza carnicera

sin saber por qué mi frente golpea contra todas las piedras
cuando me gratificaría la clara sombra de tu axila
y el triángulo migratorio bajo tu vientre...



Estos poemas fueron extraídos del poemario El frío intermediario del poeta rumano Dinu Flamand, editado en México, en agosto del 2016 por Valparaíso Ediciones. La traducción al español fue realizada por Omar Lara.


DINU FLAMAND 
(Transilvania, Rumanía, 1947) 

Es poeta, ensayista, periodista y traductor. Sus libros han sido traducidos a varios idiomas y publicados en numerosos países de Europa y América Latina. Entre sus títulos más importantes se incluyen Estado de sitio (1983), Vida de prueba (1998), El frío intermediario (2006), Sombras y rompeolas (2010), La vigilia y el sueño (2016) y Hombre con un remo al hombro (2020, Premio Nacional Lucian Blaga).

Foto: Franco García