lunes, 29 de agosto de 2022

dos poemas: MARCELO CANAVIRE





RÍO

Cargo la piel con esfuerzo 
el sol me lanza brisas frías
se me olvida exhalar
cierro los ojos nublados
y el pasado retruca

El Cachimayu suena
tengo las manos pequeñas 
le temo a las ramas que trae el río
a la orilla de piedras medianas
a caminar sobre ellas
descalzo 
de noche
la fogata no ilumina
forma penumbras que gritan
que acusan y bailan 
me empujan a la orilla

el río me llama 
con timbal de piedra
saldo una deuda casi extinta
bebo el río
él estira el brazo 
y me lleva.



MUDANZA

Y hubo tal silencio el día, que nos tocaba olvidar
que de tal suerte, yo todavía, no terminé de callar

Silvio Rodríguez, "Ángel para un final"


un poco profundo 
agujero en la tierra
turba negra
y gusanos 
para acoger
                     tus bronquios
                     tus raíces
y los sueños 
que todavía no escribes
para que cobren fuerza
y un día
extiendas la mano
tomes una nube
extraviada en su rebaño
exprimas su lluvia
acaricies tus musgos
devores mil hongos
y chasqueando 
tus ramas
al viento
llames una bandada 
de recuerdos
cada junio.


Estos poemas fueron extraídos del poemario "Timbal de piedra" de Marcelo Canavire Castillo. El libro fue editado por Llamarada verde, en Santa Cruz - Bolivia, el año 2022. 


MARCELO CANAVIRE CASTILLO
(Sucre, 1976)
Poeta, arquitecto y docente universitario. Formado en arquitectura en la Universidad Mayor de San Simón, cursó posgrados en Educación Superior y diversas especialidades técnicas. Graduado del diplomado de Escritura Creativa de la Universidad Privada de Santa Cruz (UPSA) y ha participado en diversos talleres de poesía y filosofía. Forma parte del taller de poesía Llamarada verde, y ha realizado lecturas en festivales, encuentros y espacios gestionados por diversos colectivos poéticos de Bolivia. Este es su primer libro publicado. 









viernes, 12 de agosto de 2022

Italo Passano: «ENVANECIDO»





El síndrome erotomaníaco se caracteriza por la convicción delirante y persistente de ser amado. El paciente normalmente es del sexo femenino y cree recibir mensajes y señales del objeto amoroso, que suele ser un hombre de nivel socioeconómico más elevado, y muy a menudo casado. Los rechazos por parte del objeto son interpretados como evidencias de amor hacia la paciente (conducta paradójica). Algunos autores han descrito la que denominan 'Erotomanía limítrofe' o 'borderline', que estaría caracterizada por los siguientes criterios: 

I. Cactácea: Sentimientos de ser amado (no ideas delirantes). 
II. Puñuy: Historia de contacto mínimo con el objeto. 
III. Enamoraerizo: Historia morbosa de celotipia contra el estado de abandono. 
IV. Sisífilo: Respuestas agresivas. 
V. Envanecido: Narcisismo, histrionismo, paranoide, conductas de evitación, aislamiento social.

ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA AMERICANA 




“…Atados en la guerra del fuego 
a las intensidades de un ser que no entendemos 
Nuestro nuevo yo…” 


Envanecido, sentado, 
carne acumulada en la irreverente silla de tres patas 
que no puede volar. 

Metaparasexual deseo: 
Calibrar tu pineal 
Además de saborear el lecho 
serás perdonado - aléjate del éxito 
No menciones los placeres de la nuca 
El ahmor no debe saberlo 

No retrocedas a la vida por debilidad. 
Diremos que el cordero ha confundido 
                                                          la soberbia con devoción 
Cabalgo sin pies, me sumerjo, es espantoso 
escucho al conjuro floral de mis deseos:


7 


“¿Como reconocernos después de morir?” 


No has muerto totalmente 
Te esperan desgarramientos 
progesteronas fósiles 
secretos ambivalentes 
y fetos decodificados. 

No existen declaraciones formales de guerra. 
Soy un cadáver en el cementerio púbico 
que amenaza con trozos de sábila 
y así hiere tanto como sana. 

Puedo ser padre, madre, un profeta elegido. 
La certeza de la muerte entre nosotros. 
El magma de los finales cortos, 
llenando la luna de cocteles astrales, 
fluidos inmortales en los que nos bañaremos 
como animales extintos de esta generación


15 


Devuélveme la pureza 
Madre de lo absurdo e indoloro. 
He menospreciado mi útero por tanto tiempo. 

Al ande fueron mis glóbulos, 
al hoyo las esporas 
porque al gritar: 
¡te necesito más! 
En sí pido verte, 
hurgar entre lo mundano, 
en la trampa que mece 
de espinas la laguna 
es~pe~rán~do~nos

Anciana, 
te despojas de toda sexualidad. 
Eres la última coloración del desierto, 
y estas tus semillas 
que no encontraron el amanecer


18 


Con las manos en la tierra 
parece recuperarse después del aplauso. 
Flor de fuego encendida se desliza por su corteza 
y mata el capricho lunar del despertar 
que en silencio y mes a mes perfora mis manos. 

Renacer no es suficiente. 
La ensoñación primitiva nos da elegir: 
apasionarnos o la regeneración 
único lago donde sumergir los pies es seguro 
Soles y lunas resuenan sobre bondage 
Símbolos circulan como sangre 
rociada sobre una multitud agachada
Es la entropía, 
no imagino otra música 
cuando me toma por la cintura 
y camina a mi lado



31 


Apuñalo el corazón del ángel sangrante 
de los animales que llueven de los muros 
de las vírgenes perfumadas en los desagües, 
llanto febril al robar un pan
 y destruir las carreteras donde el espíritu 
fue esparcido en distintas lenguas. 

Sin emoción al morir 
floto lentamente como una mariposa de fuego 
olvidada en las montañas por ser poeta 
Por creer que las carnes son más preciadas 
que el mismo ahmor



Estos poemas fueron extraídos del poemario Envanecido, editado el 2016 por Kunah Co - Laboratorio Editorial.