lunes, 31 de mayo de 2021

ITALO PASSANO: «Entrevista a una piedra»

            



Entrevista a una piedra en el palacio de Praga.
 Desatando toda polémica, 
toda ley física, 
una piedra comenta 
sobre asuntos universales.


¿Qué opina usted de Mustafá, «El Lanza llamas Azul»?

Ese tipo arrebató muchas raciones de vida por los caminos, pero no tuvo la valentía de levantarme o levantar a alguna de mis compañeras y alzar la ciudad que reclamó como suya. Eso lo hicieron por él sus domadores de libertad.

Te hice esa pregunta para ver si esto no era una representación ventrílocua. Ahora, ¿hay algún sentido en tu vida, Piedra? 

El sentido consiste en saber que no hay extraños en este mundo. Todos descendemos de la misma piedra que flotaba sin sentido en medio del espacio. Somos casi hermanos, pero algunos seres no se preguntan el porqué de las cosas y eso en mi mundo significa conformarse con estar ciego. Puedo decir lo que desee, soy una piedra y no temo al candor humano. No comparto sus leyes ni su biodiversidad. Todo lo que a ustedes les afecta a mí me hace renacer, porque los vi en medio de su juramento inicial de vida y los veré cuando todo esté acabado. Por eso, puedo decir que mi vida comenzó como un hermoso sin sentido del que todos descienden.

¿Crees en Dios, tú que has servido para simbolizar su eterna divinidad en formas de todo tipo de idolatría? 

Sin nosotros (humanos y piedras) no hay Dios. Pero sin Creación tampoco existiría ni Dios ni nosotros. Somos la mente, el conjunto que imaginó un ser, un ente muy superior al que llamamos Dios.

Como entidad, ¿qué es lo que te complace en ser una piedra? 

Las emociones de toda clase, la fortuna que es verme reflejada en algo. Es tan solo olvidarme de las cosas que todos consideran pseudo importantes cuando no lo son. Al hacer algo, olvidan que somos puntos moviéndose y eso lo entorpece todo. Soy feliz siendo una piedra, por ahora.

¿Cómo es la vida de una piedra? ¿Hay metas u objetivos en tu existencia? ¿Cómo es la comunicación con el resto de materia? 

Soy alguien que valora mucho su soledad y estar sola me sirve de mucho. No la tengo tan fácil conseguirlo. Encontrarme es más importante que buscar un lugar o posición en el conjunto. Es solo avanzar por otra ruta, una que quizá la mayoría de gente ignora debido a que sus ansias de llegar por lo trazado los ciega. Además, que mejor que tener miles de escapes, porque «lo trazado» me suena a «parámetro» y el orden en la vida déjaselo a otros. Es más fácil volverse activo que volverse emocionalmente completo.

¿Dirías que pese al avance de la humanidad, la individualidad de la persona no está desarrollada? 

La estabilidad la consideramos gloriosa. Recientemente, lo que veo en todos es volverse lo que dicen aborrecer y transfórmalo en algo más, olvidando que su día a día es parte de todo. Quizá llegará un momento en el que lo respeten mucho para transfórmalo como es necesario. Me pregunto si aún siguen caminando y pensando en lo que realmente quieren, o esperan estar sentados. Nos aburrimos por ser simples espectadores de un film biológico pero no vemos que también estamos en él, y que aún no llegamos a ningún lugar.

¿Te consideras, quitando toda escala de materia y considerando solo la escala evolutiva de la consciencia, un hombre? 

Me siento despierta y más que asumirlo, es una realidad constante.

Muestras orgullo. ¿La perfección en el hombre consiste en ser infalible? 

El creerse infalible es una de las peores falencias. Sin embargo, yo estoy viéndolo todo. Sé cómo avanza y dónde se detiene. Alguna vez fui nombrada como «Roca Fundacional» en Sion. Esos musulmanes hasta un domo me construyeron solo por ser un aerolito. En fin, el sueño de nosotros los minerales es el más profundo, por eso no nos interesa que nos tomen como tótems de sus culturas.

¿Podrías decir que tienes el fuego interior tan desarrollado como el de un Poeta? 

A mí me bañaban en fuego. Me contaban que ciertas compañeras (como la amatista de Macedonia, las piedras lunares caucásicas, la Cyanita Siberiana o las crisocolas pre-hispánicas) por más hermosas que fueran, no tenían la naturaleza para ser calentadas y soportar un baño así. Imagino que con la poesía es igual: solo los de fuego desarrollado no terminan quemándose a sí mismos, sin dañarse con las explosiones emocionales de cualquier clase.

Soy la piedra que se ríe debajo de otra piedra. 
Encima de aquella, el sol cae, nos calienta. 
Sin embargo una arde, quema, 
no se le puede aun tocar. 
A la otra la levantas, ríes con ella, 
y no temes gritar su nombre en el desierto. 
Estás solo, y nada arde mejor ahora 
que el fuego vívido de su resplandor.


Estos versos fueron extraídos del poemario «Desovaciones», publicado el 2014


ITALO PASSANO LOZADA (Lima, 1987) 

Poeta, editor y diseñador. Participó en festivales de diversas ciudades del Perú y Latinoamérica: «Dentro de los Bosques Famélicos» (Pucallpa, 2016), «Enero en la Palabra» (Cusco,2015) y en el «III Festival Transfronterizo de Poesía Panza de Oro» (Cochabamba 2016). Organizó el festival «Enero en la palabra XXII» en Cusco el año 2018. Ha publicado los poemarios «Desovaciones» (Kunnih Munnah Editores, 2014) y «Envanecido» (Editorial Nuberrante, 2016). En la actualidad dirige el sello editorial y productora audiovisual «Kunah». Hace unos días presentó el Mapa Literario de Puno.

jueves, 6 de mayo de 2021

EFRAÍN MIRANDA: «Muerte cercana»



             — 5 —

Piedra pequeña, ¡oh, sencilla piedra!,
secreto, eternidad, hermética potencia.

Tendido en las orillas
he visto a los guijarros acatar 
la ley de las cascadas: precipitación, carrera, dispersión,
e imaginaba que algunas vidas rodaban
con idéntico destino.

¡Mira...! Una piedra pesada cae, ¿es ésa la mía?
¿por qué vías secretas avanza?,
yo no veo la orilla donde le toca reposar,
yo no imagino nada de mí,
el pensamiento es duro y no conoce sujeción;
mi pensamiento es como el alma oculta de las piedras: 
esquiva e impenetrada.
El alma de las piedras es todo interior
de manera que no tiene exterior,
y una terrible inmovilidad la inclina hacia sí misma,
habita caprichosas estructuras silícicas,
grutas heladas, talmudes de talquita.

Piedra migrada, yo te guardaré con amor;
en mis manos brillas más que una estrella
y en tus superficies veo ojos,
ojos de niñas dormidas bajo el agua.



             — 21 —

De un extremo la araña pende
en tanto del otro, segura y confiada, 
se mantiene sujeta. 
De nosotros, ¿cuál es el hilo?
Nada es tan cierto como el misterio,
pero mi cabeza cae también ahí
como en un abismo.

Hasta estas tinieblas avancé, grande
y desplegado como una luz, apartando toda oscuridad
que era alejamiento para mí.
Y no sé quién será iluminado.



              — 23 —

Erka es hoy joven. Pero la niña que fue 
sigue viviendo en ella, íntegra y reflexionada.

Erka soñó bajo un plenilunio —enteramente blanco—
que los dedos de sus ingenuas manos
eran raíces largas, extrañamente
entretejidas con las tramas de los desconocido.

Erka tenía su cántaro y su canción.
La fuente le enseñó el cántico de su mágico murmullo
y el diálogo inefable con la eternidad.

Sobre la superficie límpida ella irrumpía
con su cántaro y su canción,
y su figura trasluciente se ondeaba en ensimismado transcurrir.

Una mañana sorbió toda la dulzura del agua,
rompiose su cántaro y cesó su canción.
La tierra exornó sus labios con piedras lustrosas
y flores atractivas. El canto que el aire quieto escuchaba 
al viento le enseñó,
y ahora el huracán lo proclama.

Erka se dejó amar por la tierra.
Por la tierra persuasiva.



              — 38 —

El día con su puerta de luz
irrumpe en mi cuarto.
Algo mío también encuentro en el día.

Calle infinita, donde las otras calles concluyen,
yo también tengo mis aceras eternamente paralelas,
y estas puertas que veo son doblemente mías, puertas
por las que entro y salgo según a quien represente.
Hoy no las abro ni las cierro
ni las topeteo llamándome a mí mismo. ¡Las recojo!,
las pongo a todas sobre mi hombro
y con mi carga comienzo a caminar...

Puertas que comprendo, ansias que las cruzan;
puertas que tropiezan, se atropellan y... caen;
puertas que acusan y señalan,
puertas que agonizan y gimen en la noche,
puertas de hojas flexibles como el amor,
puertas que dicen claramente: H A M B R E.



                — 41 —

Muerte, lo sé, estás allí, atenta, vigilas.
Otras veces te presentabas como una cosa entre las cosas
y yo en silencio bebía las largas horas
que hasta ti llevaban.

Oh, siempre te acercaras de ese modo:
que mis honduras no se conmuevan 
cuando tus superficies se mueven;
ocurre, entonces, que la voluntad ya no es mía
y al llamado de mis fuerzas, éstas huyen 
como refugiadas en espanto; 
los días vacilan sin unidad ni sentido,
el mundo se torna vacío
como una gran casa habitada, en cuyo exterior 
nuestra locura instalara el interior, 
y los árboles humanos que se desarraigan 
caen como vestimentas sin dueños...
—Si tú, vieras su abandono y su miseria
regresarías conmovida, devolviendo al mundo
su corazón alegre y dulcificado.




EFRAÍN MIRANDA LUJÁN
(Putina 1925 - Arequipa 2015)  


Nació en Putina en 1925. Fue el penúltimo hijo de una numerosa familia y pasó su niñez en Azángaro y Huancané. Fue una voz muy importante en la poesía de los 50 del Perú. En 1954, publicó «Muerte cercana» (1954), y luego vinieron: «Choza» (1978), «Vida» (1980) y «Padre Sol» (1998). Su poesía tiene una honda realidad histórica y biológica, acerca de los oprimidos que habitan el Altiplano. Su poesía también nos habla de las continuas migraciones del campo a la ciudad y sus repercusiones. Falleció el año 2015 en la ciudad de Arequipa.

Foto: Benjamin Suter