jueves, 13 de julio de 2023

Pacha J. Willka: «PREÑEZ DE VARÓN»



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La obra inédita de Alberto Cáceres Gómez, titulada "América Raíz", registra por su constancia la peripecia histórica de Gamaliel Churata, gran heresiarca altiplánicoy arúspice kolla, ha de propiciar una aproximación didáctica a la lectura de tan caro y efusivo creador; propósito que el joven autor explicita en el subtítulo de la mencionada contribución. Planeada la obra en 11 capítulos, compendiamos el segundo: "Encrucijada del ego", que recorre desde el nacimiento de Churata hasta sus veinte años de existencia. Hemos titulado a esta primicia "Preñez de varón", en razón que la profunda metafísica y sustancial opción de Churata de mimetizarse, interpretar y sintetizar el medio ambiente cultural que rodea el gran Titicaca, le nace justamente por la comprensión  que de la indianidad como fórmula no simplificable, de indio y de paisaje, de cultura y naturaleza, la engendró en Puno. Esta tierra parió al hombre que fue Churata, que es como decir. Churata nació hombre no de madre sino de tierra. 

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ENCRUCIJADA DEL EGO

Me escurro, siento que me escurro. 
Siento que no soy, que jamás fui, 
que seré ya nunca. Me escurro. Me escurro. 
¡Ah, así te labras! ¡Así te modelas! 
¡Así te harás piedra y serás montaña! 
¿Me he perdido? Buscadme en el hampatu. 
En los ponchos. Buscadme en las chuspas. 
En la chinkhana de las khawras. 
Preguntad al Waksallu, al kirki, al wakaycholo. 

Gamaliel Churata, "El pez de oro", Treno XXVII


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    Todo escritor, para serlo, es decir, para resolver su problema existencial debe haber vencido muchos fantasmas. En el caso de Gamaliel Churata, la esfera que lo envolvió estuvo compuesta de tantos y tan variados elementos que configura una problemática sui generis.

    Tal como el mismo dejara sentado por escrito, al cumplirse 100 años del gran orador y político puneño Mariano H. Cornejo Centento: "El hombre no es de donde nace sino de donde nacen sus raíces ontológicas". El "fue" donde no nació y nació donde no pudo ser.

    Queda deducido que son factibles los nacimientos fortuitos y gratuitos; el caso de Churata es uno más, por ello es que aclaro la situación con tan aguzado afán, tratándose de Mariano H. Cornejo, quien es lúcido en vitrina arequipeña. Pero veamos el comienzo de su vida...

    Estamos en 1896 y Puno es apenas una aldea de no más de 10,000 habitantes. Desde que años atrás el ferrocarril y los barcos transformaron la fisiología del pueblo, dándole un carácter de nexo comercial —además del aumento en el número de instituciones—, muchos foráneos e inmigrantes italianos se van asentando a la vera de sus calles barrosas. Con miras a instalar una zapatería, una joven pareja regulariza su estado civil contrayendo matrimonio: Demetrio Peralta Miranda, blanco y barbado arequipeño; y María Miranda Córdova, nacida en Moquegua. tenían ya dos hijas: Maximiliana y Estefanía (después llamada Juana, nacida en Puno en diciembre de 1893). Parece que luego tienen otro hijo, que fallece de niño. 

    Sobreviene 1897, y cuando transcurre el mes de mayo, doña María, muy avanzado su nuevo embarazo —"en trance mayéutico", como diría el propio Churata—, en la imposibilidad material de ser atendida en Puno, con la mayor seguridad es trasladada a las faldas del Chachani, donde da a luz el 19 o 20 de junio a un varón que bautizaron el 29 del mismo mes en el baptisterio de la catedral, con los nombres de Arturo Pablo. No pasan muchos meses y la criatura estaba nuevamente en Puno. 

    Arturo Pablo crece en medio de una familia que se acrecienta: tras él vienen: Alejandro (que se convertiría en el gran poeta peruano), Demetrio Ángel (quien adoptaría el seudónimo de Diego Kunurana para dedicarse al quehacer artístico-píctorico), Adriana, Domitila, María y Carmela. En medio del misticismo hogareño, Arturo obtiene basamento conceptual religioso por la religiosidad proveniente de su padre, quien fue primero católico y posteriormente adventista. Él, don Demetrio, por su condición económica y su educación sobresaliente, va convirtiéndose en notable del pueblo y ocupa cargos sociales y políticos; de diputado de la provincia de Cabana pasa a ser Inspector de pesas y medidas de la Honorable Junta Departamental; luego sería presidente de la Sociedad Fraternal de Artesanos y promotor e introductor de la biblia y el adventismo en el departamento de Puno, en compañía de Fernando Stahl. Al mismo tiempo, la economía familiar permite que se trasladen a una casa adquirida, ubicada muy cerca del local que albergaba la Tipografía de J. B. Eduardo Fournier. 

    Cuando en 1907 llega a Puno, recién egresado de la primera promoción de la Escuela Normal de Varones de Lima, José Antonio Encinas, es nombrado director del Centro Escolar de Varones Nº 881. Arturo y Alejandro, al igual que varios niños coetáneos, son matriculados en dicho centro de estudios, donde acontecería y emprendería su desarrollo, una pedagogía inusual y exploradora de nuevos métodos, sistemas y prácticas.

    Al mismo tiempo, en el ambiente sociocultural puneño, ocurría el despertar de voces altas que salían airadamente en defensa del indio. Los hermanos Peralta van entendiendo ello, entre el discurrir de sus quehaceres escolares, las labores en la zapatería paterna (Churata se convertiría en hábil apareador de calzado) y el intenso trajinar tipográfico e intelectual que se desarrollaba a pocos pasos de su casa, al otro lado de la calle, en la Tiporgrafía Fournier. De allí sale, el 28 de julio de 1914, el primer número de "La voz del obrero", quincenario que "empuña en una mano el estandarte de la libertad y en la otra la espada de la justicia... para cortar el nudo de la opresión y la tiranía". Oscar Raimundo Benavides se había encaramado al poder, y esta publicación es una voz discrepante de carpinteros, tipógrafos, zapateros, sastres y artesanos en general, que se autoconsideraban obreros. No era pues Puno, en ese momento, ajeno a los grandes movimientos mundiales del obrerismo y la prensa comprometida. 

    El 30 de enero de 1915, acontece una masacre en Arequipa: los pobladores que salen a protestar por la elevación de los impuestos y la mano fuerte que implementa el gobierno, son reprimidos en las calles. El joven Arturo Peralta, en una manifestación que se realiza en Puno, ante una multitud de trabajadores, pronuncia un efusivo discurso. Es apresado y conducido inmediatamente a Arequipa; su padre lo rescata cuando ya lo habían cortado el pelo para integrarlo al servicio militar (eso nos fue referido, entre otros datos, por su hermana Juana). Pero la preocupación no solo era política sino también social su hermano Alejandro, por ejemplo, ese mismo año publica en "La voz del obrero", un poema titulado. "El indio". Arturo y su hermano, al igual que otros jóvenes, van haciendo sus pininos literarios e intelectuales inmersos en el ambiente de la Tipografía Fournier e imaginando publicaciones. Arturo adopta indistintamente los seudónimos de Juan Cajal o Gonzales Saavedra,; su hermano, adopta los de Alex o Goy de Fernández. El propietario del local, Juan Eduardo Fournier Barrionuevo, propulsor del periodismo y la cultura puneña, sería más tarde alcalde de Puno en dos periodos. Tal vez a él se deba principalmente el hecho de hacer la tribuna de expresión a los futuros escritores, hecho que debe ser sopesado con la debida importancia. 

    Hasta aquí ya podemos elaborar algunas ideas sobre la personalidad del joven Peralta; creemos que a partir de estos hechos, su deseo de adquirir identidad como escritor lo llevan a iniciar un proceso de envoltura en crisálida socialmente indianista y comprometida e intelectual e ideológicamente cristiana. Y decimos esto porque Arturo va adquiriendo un conjunto de valores y lecturas que lo van formando. Al renunciar a seguir estudios secundarios en el Colegio San Carlos, se fue adentrando en las profundidades de lecturas avanzadas para jóvenes de su grupo. Refiere Emilio Romero: "Arturo Peralta, entre tanto, leía el antiguo y nuevo testamento, recitándonos sus capítulos y versículos en voz baja, pero con acento oratorio, dejándonos en suspenso, sorprendidos, en la hora del recreo. Más tarde sus recitados eran de párrafos de las "Confesiones" de San Agustín. Al correr de los años, mientras nosotros seguíamos la secundaria en el Colegio San Carlos, Arturo Peralta nos citaba Aristóteles, Platón, Plotino y a Santo Tomás de Aquino. Y unos nombres raros para nuestra etapa de estudiantes, como los de Spinoza o Vives, que sonaban en la serenidad de nuestras vueltas a la noria, que era nuestro querido Parque Pino". ("Antología y valoración" pp.424 a 432). 

    Mientras el prestigio del joven intelectual iba creciendo, entre broma y broma los amigos intercambiaban los nombres de sus enamoradas por nombres bíblicos... pero para Arturo la cosa era en serio. Así, uno de tantos días un nombre quedó grabado para siempre en la ideación: GAMALIEL, que corresponde históricamente al judío doctor en ley, considerado como décimo tercer discípulo de Jesucristo, quien actuó a la manera de espía entre los ajusticiadores; sin embargo, aún faltaba completar el nombre. 

    Es dable apuntar también, que en agosto de 1917, al mismo tiempo que continuaba su labor en "La voz del obrero", impreso en los talleres "El Departamento", salió a circulación el primer número de "La Tea", de naturaleza mayormente literaria. Este primer número es escrito, cajeado y tirado —lo cual demuestra que para ese entonces ya era un entendido en las diferentes facetas del arte tipográfico— por Juan Cajal. Así se inician los 15 inencontrables números "La Tea" que canalizó nativismo e inquietud literaria. 



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    Resumiendo el capítulo, podemos señalar algunos aspectos importantes: En primer lugar, la condición socioeconómica de la familia Peralta Miranda, emparentada con la naciente manufactura y curtiembre de Pedro P. Díaz, sustentada en una de las mejores zapaterías de la ciudad (pues contaba con taller y expendía calzado fino), demuestra que la extracción de Arturo fue pequeño burguesa. Ello se enmarcó en una coyuntura, que en el análisis de José Tamayo Herrera, se caracterizó por lo siguiente: a) la aparición del ferrocarril que revaluó e hizo moderadamente accesibles las tierra remotas; b) la coyuntura internacional de precios, especialmente de la lana; y c) la existencia de una fuerza armada privativa, que podía utilizarse como instrumento para el asalto de la propiedad indígena. ("Historia Social e Indigenismo en el Altiplano").  

    El circuito comercial surandino, había empezado a tejer su red de usufructo. Los arequipeños, a vista y paciencia de nuestros abuelos, silenciosamente saquearon los recursos agropecuarios del departamento más poblado del Perú —obviamente aprovechando la mano de obra barata por abundante—. La posibilidad que Arturo ya reflexionara ante estos hechos y otros más, e iniciara una animadversión a su "cuna fortuita", estaría corroborada.

    En segundo lugar, la vida cultural de Puno estaba marcada por dos corrientes: de un lado el periodismos en auge (se editaron varios periódicos simultáneamente) y las publicaciones y actuaciones de grandes puneños: Mariano H. Cornejo, Francisco Chukiwanka Ayulo, Federico More, Santiago Giraldo y otros; y de otro lado las novísimas corrientes europeas que principalmente tenían su canal comunicativo a través de Buenos Aires. Poco a poco se imprimió un espíritu nuevo, superior al de la generación anterior, en el pensamiento puneño; cada vez más se estrechó vínculos con la defensa y valoración real del indio, sus formas de vida social, su cultura e ideologías; y sobre todo hacer eco y difundir sus protestas y gritos de reivindicación, a la par que sus luchas.

    Y en tercer lugar, el ambiente de religiosidad que hubo en el hogar de los Peralta, hasta el punto que varias hermanas se sintieran llamadas para los votos religiosos e ingresaran a conventos o llevaran una vida austera y de entrega a los demás; y lo que es más importante, la fuerte y marcada influencia del medio casi rural que fue Puno en esos años. El niño Arturo, al querer proyectarse fuera del hogar, descubrió que no todos hablaban la misma lengua (Puno aún era materialmente punto de conexión entre aymaras  y kheswas); ello producía y reflejaba en la consciencia del joven intelectual, una triple escisión. De ahí que solía hacer largos paseos por las afueras del poblacho para reconocer en su entorno la verdadera y auténtica vida local.

    Son estos los factores los que en buena medida determinaron la fijación de su personalidad. Cuando decide ser escritor al mismo tiempo decide serlo de manera auténtica: "Toda sugerencia estética debe contenerse en ego. Todo injerto de ahayu (alma colectiva) supone, en periodo cíclico, la expulsión de los factores que determinaron su inhibición. El catolicismo en los distritos del régimen inkásico no es, ciertamente, tomista: más afín con Plotino y Simón el Mago y sus teúrgias". Y así, de una forma tajante, se pone al lado del indio, no para estudiarlo ni observarlo, sino para sentir junto al calor de la colectividad india las fuerzas telúricas y siderales, para comprender el lenguaje del los animales, el poder de las plantas, la magnanimidad de la tierra y la espiritualidad del sol y los astros.

    En esta encrucijada del ego se volvió contra la procedencia hispana: La humildad de mi padre no pudo soportar al hidalgo que heredó de antepasados que no había conocido... en mi padre humilde queda la belleza castellana del tatarabuelo... A cada paso chullpas, chullpas, chullpas. Allí los hombres que crearon el mundo; allí los que me amaron un día; allí los tatarabuelos remotos de mi madre. Aquí el uchukhaspa, el allkamari, del lluthu. Aquí retomé sociedad con ellos, les seguí a sus acérrimos nidales, perseguí sus fugitivas galerías, descubrí el rastro de sus alas en las nubes. Allí a gritos reproché a los Achachilas el tardío encuentro.

—¡Guaguay! ¡Guaguay!

    Hay que estar en soledad de paja, de roca, de viento, para sentir la primogenitura de la tierra.

    Tata Lupi: mi preñez era preñez de varón, urgencia de postrimería.

—¡Guagüititay!

    Veinte años se enternecían en las patitas de la krorukuta, patitas arreboladas, lavaditas ya cuando el ancho sol se sopa en el Titikaka. (Trenos XXIV, XX).

    Como corolario quedaría el planteamiento; ¿cuántos mestizos hispano hablantes sintieron como Arturo el llamado de la tierra y se consubstanciaron con su realidad geosocial? Estimamos que miles, pero no todos tuvieron emotividad estética y vocación literaria. He ahí un punto de partida para la Generación o Grupo Orkopata. He ahí, también aquellos kelkeris kuikos y no kuikos; ahí musicantes y troveros populares, artífices y artesanos, creadores intermedios en el corazón de lo andino: ¡antifelipillos!

    Anotábamos que en agosto de 1917 ve la luz "La Tea" que, sin ánimo de exageración y solamente consultando pocas referencias pensamos que es la primera publicación netamente literaria de Puno, sin dejar de señalar la importancia de "Ondina". ¿Quiénes escribieron en "La Tea"? Jóvenes de 15 a 20 años de edad, ávidos de abrir ventanas y puertas al mundo literario contemporáneo: Alejandro Peralta, Emilio Romero, Emilio Armaza, Gustavo Sánchez, y por supuesto, Gamaliel Churata.

    Es muy posible que la familia de Churata tuviera parientes que contactaban o radicaban en Buenos Aires —Ya dijimos que fue polo de desarrollo cultural en Latinoamérica— pues de un momento a otro, él, con sus veinte entusiastas años, hace maletas e inicia un recorrido transcontinental, el único extenso de su vida. Desde Buenos Aires envía una nostálgica carta a Emilio Armaza y Gustavo Sánchez, fechada el 20 de octubre de 1917, y un soneto modernista. A su regreso, se estaciona en Potosí y se relaciona con una excelente persona: el Padre Zampa, franciscano. Ello lo veremos en extenso en nuestro próximo capítulo.


*Este artículo salió en la revista puneña "Hojas Escritas", en abril de 1984. Nº 03 / 04

    
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Fotos: Arch. Pedro Pineda Aragón
(1): El grupo Orkopata; en esta foto se encuentran los tres hermanos Peralta, Arturo (Gamaliel), Alejandro, y Demetrio.
(2): María, la madre, sentada. Demetrio, el padre. Petronila Peralta, la tía. Los hijos, de izq. a der.: Arturo, Juana, Maximiliana, de pie; Alejandro y Demetrio, en brazos. La mística familia Peralta - Miranda.
(3)Los hermanos Arturo y Alejando Peralta.
(4) Gamaliel Churata junto a dos de sus hijos y un perro filósofo.
     

PACHA J. WILLKA

(Puno, 20/08/1957 - San Sebastián, 24/09/2021)

Alberto Cáceres Gómez. Escritor y artista. Licenciado en Educación por la UNA. Regidor de la Municipalidad Provincial de Puno (1984 - 1986) y Director Regional de Cultura de la Región «José Carlos Mariategui». Jefe de redacción de «Los Andes». Productor de radio y TV. Editor de libros y revistas. Gerente de Collas Creadores. Integró la APAFIT y la ANEA-Puno. Ganó el Primer Premio Departamental de Poesía convocado por el Instituto de Cultura Andina, dirigido por Ernesto More y Augusto Ramos Zambrano. Fundó el grupo artístico «Quaternario» y la agrupación teatral «Yatiri». Presidió la Casa del Poeta (Puno). Con Boris Espezúa condujo el Taller de Poesía «Oquendo de Amat». Ha publicado en poesía: «Invenciones» (1988), «Luz de lluvia» (1999) y «Wayrita» (2004). Y en narrativa: «La máquina de gobernar» (2007) y «La tarea del cóndor» (2018). 

martes, 4 de julio de 2023

Juana de Ibarbourou: «PERDIDA»





DESVELO

Frío cisne enlutado
Que nadas en los lagos de la sangre:
Cómo me hace temblar tu pico gélido
Cuando en el pecho tu rozar me arde.

Vienes de ayer, con pólvora y ceniza
Entre las plumas que la muerte peina
Has cantado tu fúnebre salmodia
En todas las crecientes de la guerra.

Ahora vuelven a abrir las rosas nuevas
Y tú quieres cortarlas y que sangren 
Para sentir su sal sobre la lengua.

Se alza un helado sol de desventura
Y hasta el espino da flores de llanto.
No es posible, otra vez, la yerta espuma,
La gramilla de carnes trituradas,
La vida sin sus bodas y sus cantos
Y el inútil ovario entre la exacta,
Definitiva arquitectura humana.

Con el espectro del temor navegas
Y al vivo corazón cortan navajas,
Que van tatuando, con espanto antiguo,
Acrecidas cimeras de fantasmas.

¿Dónde ha escondido el hombre
El pan de miel y trigo de la alianza?
¿Dónde están los jardines de jacintos 
Y las cintas de fiesta en las guitarras?

Cada joven que miro se me hace 
Raíces de amapolas en los campos
Y de nuevo, afinados esqueletos
Veo romperse al sol, lentos, pálidos.

Es preciso que vuelvan
Los tiempos aclarados y sin filo,
El muchacho romántico y la niña
Que guardaba heliotropos en los libros.

Me duele hasta morirme este cansancio
De temer cada día el otro día,
De saber que la sangre viva y ágil
Se pudrirá mañana en una orilla
Cualquiera, y una rosa indiferente
Abrirá en el vacío de la herida.

Está en mi sien ese terror anclado
Y se agiganta mientras corre el tiempo.
Muerdo un ácido puño de delirio
Y todo se hace trágico y profético.

En tanto Abel dormita en las celdillas 
Que rezuman crueldad, el otro hermano
Se alimenta de nardos y de niños.
Galopa riendo sobre huesos blancos.

Hay que aguardar, amigos, los violines,
Y envolver entre lienzos las campanas.
Mirad el cielo con señales rojas.
Sentid sedienta el agua. 



ESPECTRO

La rosa sola en la noche,
Más pálida que ninguna.
Y nadie sabe por qué,
Misteriosamente, alumbra.

La rosa fina en el viento,
La rosa erguida y eterna, 
Tan sola como una muerta
Sobre su cama de piedra.

No veo más que la rosa,
La rosa que abrió la tarde;
¡La rosa para mi pecho
Que ya no sostiene a nadie!

La rosa viva y tan clara,
La rosa sola en la muerte,
En la tiniebla de mis ojos;
Entre la tierra y mi frente.

La rosa fría que alumbra,
Fosforeciendo en la sombra
Y sólo el aire, ¡ay!, el aire,
El tallo de su corola.



AHORA

Ya son mis ojos grandes cementerios
En los que el alma yergue su escultura.
Vagos jacintos tiñen las pupilas 
Que hora tras hora ven abrirse tumbas.

Se alza la alondra para el canto y lleva
La cruz ceñida a las abiertas alas;
Surge el jazmín y en su blancura lúcida
Está el marfil de estirpe funeraria.

¡Cómo era antes rico nacimiento
El día en tierra gris y aire celeste!
¡Cómo vivía yo cada minuto 
Y me moría jubilosamente,
Para tornar a renacer tan clara
Como los puros musgos de las fuentes!

Ahora asisto con inmóvil párpado 
Al continuado juego de la muerte.



EL DÍA

Esta noche,
Cuatro remos de diamante
Para mi barca. Cuatro remos
Y cuatro brazos de sombra alucinante.

Ni timón, ni brújula,
Ni en la carta celeste de las constelaciones,
El nudo desatado de las rutas.

Frías voces,
Han de decirme adiós desde una orilla
Dorada de dormidos girasoles.

Volveré al alba,
Cuando crezca la montaña de los cantos
Y en las pupilas se me encienda el día,
Terrible brasa.

Volveré al alba,
pero ligera, dichosa, resplandeciente,
Sin alma.



LA ÚLTIMA MUERTE

Se me acabó la muerte
Que cultivé hasta ahora.
La muerte de romance o leyenda,
Tránsito de cinema en alba y sombra,
Deslumbramiento de película,
Curiosidad gustosa.

Y aquella, muerte de quince años, 
Protegida de túnica de ángeles,
Con heliotropos ya fuera de moda
Y enamorados gritos sollozantes.

Y la otra, más lejos,
Viaje al mundo sonriente de la fábula,
Rizos al viento, relicario de oro,
Un cisne y una barca.

Ahora tengo la muerte
Sin voz, sin ojos, sin color ni cara,
Lo que no es presencia, ni paisaje,
Ni terrena esperanza.

La muerte indefinible,
Sin infierno ni cielo.
La que lo toma todo y no da nada:
Muralla del misterio.



MUERTE

¿Dé dónde vienes, di, la melodiosa?
¿De dónde llegas, di, la biencallada,
Calzando fieltros y vistiendo rasos 
En que respiran silenciosas aguas?

¡Adónde vas, seguida de lebreles,
Con un dedo de niebla sobre el labio,
Para que callen los heridos vientos
Y se desciñan, sin cantar, los nardos?

¿Adónde vas, con sombras de jacintos,
De alba con lluvia y de velada luna,
Gama furtiva sin la sed del agua,
Tórtola absorta en palomar de brumas?

¿Hacia dónde caminas bajo arcos
De lejanos espejos centelleantes,
Con el cortejo del amor sumiso
Y tu celado escudo de diamante?

¿Hacia qué dunas, hacia qué almiares 
Pasas, siguiendo el río de los días?
¡Ah, cazadora dura, imperturbable,
Que no quieres cobrarme todavía!



Poemas extraídos del libro Perdida, publicado por la editorial Losada, en Buenos Aires, el año de 1950. 


JUANA DE IBARBOUROU

También conocida como Juana de América (MeloUruguay8 de marzo de 1892 Montevideo15 de julio de 1979). Fue una poeta uruguaya. Es considerada una de las voces más personales de la lírica hispanoamericana de principios del siglo xx, cuyos poemas tienden a la exaltación sentimental de la entrega amorosa, de la maternidad. ​ El 10 de agosto de 1929 recibió, en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo, el título de «Juana de América» de la mano de Juan Zorrilla de San Martín frente a una multitud de poetas y personalidades. Fue enterrada con honores de Ministro de Estado en el panteón de su familia del Cementerio del Buceo.





Foto (1):  Karolina Grabowska
Foto (2):  Fuente: Wikipedia