IV
Me ha parecido
que el error
duerme en ti.
Claro de luna
atravies
tus últimos rebrotes
desdoblándote
para viajar
por mangueras de carne.
Estás tan
quieta,
tan pacífica
ahora.
Sorprendido me
quejo
de los verbos
que no dices.
Respirar de tu
aroma se ha vuelto
un sueño
humectado
por lacerantes
azotes del tráfico,
en ciudades
agonizante
que he olvidado por
completo.
Son tus venas
las que van
enfermando.
Al callarte,
dejas tanto frío entre mis
manos.
Lima,
puta hermosa
que calmas mis males
ensordecida por
las habladurías
en avenidas sin nombre
donde ya nada
digo,
y muero como
quien padece
de la ignorancia más antigua,
de la pasión más exquisita
casi diáfana,
entre terribles
diarreas espirituales.
Te vas
volviendo ocaso,
putita
hermosa,
me has salvado
de regresar
en ese maldito
tren.
Y no voy a
maldecirte,
soy un perro
educado,
solo dime,
reina,
donde debo lamer.
Lima
tu cuerpo es mi cuerpo
moviéndose inteligentemente
me
vuelvo una honorable hormiga
penetrando
las palmas de tu dios
ferrocarriles cansados
que resbalan
gracias al liquido de tu sexo
pintando caminos sagrados
en el inicio de los amaneceres
Si mirar el cielo nutre las pupilas,
me puedo limpiar con sexo,
enviando un ángel desnudo a mi jardín.
Si intento arañar el fuego,
es porque un fósforo llega con la
primavera,
y arrancar una flor de noche,
es superar en número a tu imaginación.
Ven y bebe el ruido de los huracanes.
Ven y disfruta de las madrugadas en las
puertas.
¿Dónde están los ladridos del corazón?
No lo sé, pero estoy contento de haber
nacido
en la similitud del azul que los afligidos
derraman.
VIII
Ya llegué,
mi vida,
a
esta casa
de monos drogados.
Me preguntas: ¿Cómo estás?
pero mi cuerpo se va
quemando
para continuar con tu desvelo.
Sigo esperando
que los árboles
crezcan
en mi rostro
y seas tu quien enloquezca,
que no uses palabras
difíciles
al reír conmigo,
que dejes el sudor
de tus dedos
marcados en mi
pantalón.
Te enguajas el
cuerpo
con agua de manguera
y tus zapatos son lo único
que queda de tu espíritu
desnudo.
Te vas
volviendo ocaso,
putita hermosa,
me has salvado de regresar
en ese maldito tren.
PÁJARO DE NIEBLA
I
Sueltas palabras en bocas de serpientes.
Las alimentas dándoles coordenadas
rescatadas en el horizonte.
Flotas y haces el amor entre montañas
que convierten tus gritos en fucsias
desolaciones.
Tus sonrisas son estampidas de pájaros
color niebla.
II
Amaneces derretido, el sol no te calienta.
Tu piel se ha convertido en un animal
asceta
al que encuentras dormido
entre una multitud de pájaros,
también color niebla.
III
¿Dónde combinan cráneos, aves,
ojheras celestes y esa niebla?
Desapareces calmando la quietud.
Tus manos están enteras
¿Para qué vas aprender quechua?
¿Volverás andinas a las cebras?
¿Acaso todo lo que vuela será solo niebla?
¿Un maldito anagrama, el eslabón perdido de
la invisibilidad?
Todo en este planeta cae picoteado por esos
pájaros de tierra,
al entrar perdidos y moribundos en los
espíritus de la humanidad.
Poderosa sangre de ensueño, oculta en la
niebla.
Pájaro que caes al abismo,
visitas a malos poetas y le regalas fuego
de auto contemplación.
¿Tomar lonche de hongos un sábado
y creer hacer música de noche,
no es sino visitar los malodores
rumanos
o lamer Machupicchu con hipocresía?
¿Buscas llaves de baúles enterrados
o pájaros de niebla encendida?
Pregúntatelo a ti mismo,
pájaro sucio y desmembrado,
que ya no vuela por estar acostumbrado
a que lo confundan con un colibrí,
amaestrado y embarrado de podrida
remembranza azul
y bajas pasiones que aún implora sufrir.
IV
Libertad,
el alma sueña con renacer
en bosques de inconforme naturaleza.
Los versos se desprenden cuando el viento
sopla.
El pájaro inmóvil en la niebla,
¿cuántas caricias desperdicia por estar tan
quieto?
V
Renacer,
en cada uno de los corazones presentes en
la niebla.
Al amanecer, seremos maestros fuera del
tiempo.
El mundo no puede olvidarnos.
¿y quién lo haría después de recorrer
senderos tan parecidos a la vida?
VI
Pájaro de libertad,
nunca en desmemoria.
Las mujeres y niños que nacen ahora,
son fruto de tu universo.
Los creaste en otra vida cuando yacías
soñando en la niebla.
Eres el centro de toda flor tenebrosa que
en este pedazo de tierra crecerá.
Eres árbol que transforma la vida,
al mirar a lo lejos
como
explotan las montañas,
esparciendo nacimientos
como cáscaras de otros hombres
que nacerán después de ti.
VII
¿Dónde van las mariposas muertas,
se transforman en los corazones de las
piedras,
en movimientos olvidados por no ser con los
ríos?
Cuanta literatura muerta, cuanta poesía aun
sin descubrir.
El porvenir más angosto se evoca al mirar
el sol.
Las palabras son pequeñas notas en el
cantar de las aves.
Destruyen las metáforas baratas,
los discursos agotados,
intentos increíbles por traducir la vida
que no todos entienden igual,
pero que, al terminar, encuentran parecido.
VIII
¿Qué de fulminante hay en tus deseos,
que infortunios hay en tu felicidad?
¿Dónde están los vasos que otros rompieron,
la serenidad cuando buscas la mar?
La niebla desaparece,
ya no hay árboles por picotear ni pasiones
por enterrar.
Tírate al riachuelo pájaro embrujado,
el amor ya no es una condición, es una
necesidad.
IX
Poeta, editor y diseñador. Participó en festivales de diversas ciudades del Perú y Latinoamérica: «Dentro de los Bosques Famélicos» (Pucallpa, 2016), «Enero en la Palabra» (Cusco,2015) y en el «III Festival Transfronterizo de Poesía Panza de Oro» (Cochabamba 2016). Organizó el festival «Enero en la palabra XXII» en Cusco el año 2018. Ha publicado los poemarios «Desovaciones» (Kunnih Munnah Editores, 2014) y «Envanecido» (Editorial Nuberrante, 2016). En la actualidad dirige el sello editorial y productora audiovisual «Kunah».
Pintura: «The awakenings» by Oskar Kokoschka», 1917, Serie: The dreaming boys.
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