lunes, 11 de mayo de 2020

LEMY MARZOLINI: «Los engranajes perversos»



UN ROSTRO EN DADOS EXTRAÑOS


¿A qué lugar debo lanzar estos dados con rostros vacíos?
El mundo que murió estremeció mi alma
y no he podido levantarme en tres milenios.

De nuevo ese cosquilleo,
la extraña sensación de haber nacido
en algún pantano incrustado
en el ojo fotográfico del pulpo extraterrestre.

Un círculo estridente
en los aullidos del perro deforme
en completa incandescencia.

Devolver, devolver.

El oro arrebatado a los corsarios intergalácticos
del cementerio de arrecifes y ruinas
en mutilaciones astrales.

Yo conocí a un viejo lúcido
que no precisó leer ningún libro
para verter su veneno contra el universo
luminoso y precario.

Extraño mucho a ese viejo

Ahora muerto espero haya encontrado la paz que no anhelaba.


 
RUBICÓN

Los danzarines de silicio derretidos sobre la arena
El relámpago furtivo
Tu obsesión incurable de desarticular tus planes más meticulosos
Las monedas envenenadas en el crisol enajenado
Soledad inasible
Siniestras máscaras de cera embellecidas
con polvo de ataúdes grasientos y grotescos
Los filósofos convencionales
apropiándose de las cucharas, la almohada y el alcohol
Imperturbable brillantez de neuronas dóciles
vivificadas en garras ancestrales de leones alados
Cuchillos incrustados en cirios antiquísimos
Los textos perdidos en ensoñaciones abstractas del fuego
Inextinguible de grietas cerebrales
Languidez prematura
Fruta pestilente para marginales embotados, látigos y latidos
Tus héroes infinitos, fuente principal y engranaje
Ciudad papel
Fiebre estalactita
¡Fisión, ignición y explosión!

                                             

BÚSQUEDA

Un muerto resplandeciente
en tu mente
Búsqueda intermitente.

Una espina sutilmente
clavada en tu corazón
Sinfonía inerte.

Laberintos crispados, ennegrecidos
en el sendero distante
Cenizas fugaces.
Ficticias creaciones
derretidas al calor del tiempo fantasmal
Miradas melancólicas.
¿Por qué no cumpliste tu promesa?



DESCENSO

He descendido nuevamente
con la soledad impregnada
al barco naufragado
derruido en el albor primigenio
Infancia mutilada
Siniestro escalador de
arenas humeantes
Senderos resplandecientes
de seres inefables
Chispa incandescente
Fantasma estrellado
en la inmensidad trágica
Sutil flama envuelta
en gélidos abrazos desnudos

La quietud traslúcida
He descendido para no volver
volver
volver
volver


EMBRIAGUEZ A LO BONZO

Mi aciago sistema solar ya no requiere
aquella salud de clarines resplandecientes

Continentes poblados de catedrales
terriblemente hermosas, vacías, lánguidas
No volverán las mentes repletas de claroscuros en árboles
carnívoros, endurecidos, vueltos hacia el sol invicto

¿Cómo te recordaré?
Todo el dolor de las brisas glaciales, estremecidas
Derrotadas en cálidas manos extrañas

Se lo ruego:
Volveré a las fosas comunes
de mis ancestros impertinentes

¿La noche?

Cuántos han perecido bajo tu manto inmaculado y feroz

No hay paciencia, no hay paciencia

Damas y caballeros
aconsejad al sabio mundano de cabellera inextinguible
Perpetuo retorno a huesos dóciles

¿Quieres otra metamorfosis?

Con los vicios atenuantes
de cocodrilos caníbales, empequeñecidos
con egos volubles y azules
El inmenso chirriar de pasado/futuro
encerrado en algún lenguaje críptico
fatalidad sutil

¡Maldita sea, devolvedme mi embriaguez a lo bonzo!


LEMY MARZOLINI(1990)


Nacido en algún lugar del sur del Perú. Autodidacta. Él sostiene que: «Llevar un nombre, asumir un destino es la mejor manera de asegurarse un hundimiento». Estos poemas pertenecen a su libro inédito: «Los Engranajes Perversos».

Foto: «El Aleph», obra al aerógrafo by H.R. Ginger.

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