desolados testamentos
que dibuja el sol
vas drenando el firmamento
fantasma de fe
sin principio ni final
vas pintando un horizonte
con bigotes de
fuego puneño
No me es fácil olvidar la noche
en la que todas las noches
me brindaron
un desgobierno guarecido
gran almohada de fuego
que va copiando sus azules
en el sueño
de una llave
que me gruñe
con esos
ojos
necro
musicales
Moristhima
Moristhima
no te vayas a
Moristhima
dos corazonadas
son un bosque
de cuchillos
blancos
y tu poder
de flores
quiere ser ya
vespertino
en la
oscuridad
quiere ser ya
esa rama
que me saca
otra vez
del río
Moristhima
no te vayas
con mis nichos
con mis noches
al descubrir
que yo también
soy un Moristhima
Pintura: Jean-Michel Basquiat, "Riding with death" (1988).
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