jueves, 30 de julio de 2020

YACHAQ ILLA: «Teatro de la tierra» Entrevista a Fernando Medrano

Teatro intenso y del pueblo. La mayoría de estrenos se hicieron en las instalaciones del Teatro Municipal de Puno.

1) Cuéntanos cómo se dio y en qué circunstancias el nacimiento del Centro de Investigación Cultural – Teatro «Yachaq Illa». ¿Qué pasaba en ese tiempo en la ciudad, qué otros grupos existían? 

Es una propuesta elaborada el 2008, por tres jóvenes puneños: Edwin Challapa, Vilma Leque y Lourdes Maquera. Ellos tuvieron la iniciativa de crear algo auténtico, algo con raíces propias; previamente estuvieron integrando otro grupo de teatro llamado «Puku – Puku» y aprendieron muchas cosas, pero querían lanzarse a una aventura que los completara por dentro y felizmente, se concreta la idea de «Yachaq Illa» (ambos términos provienen del quechua y se traducen como: «amuleto del saber» o «sabio amuleto») y ya ves que de entrada, lo que quieren es revalorar nuestros idiomas primigenios, nuestra cultura inagotable, la de nuestros ancestros. Hay que recalcar que lo que fundan no solo es un grupo de teatro, si no un Centro de Investigación Cultural, una apuesta bastante arriesgada para tan solo tres integrantes. Lo que pretendían estos activistas era recopilar e investigar la literatura oral de los pueblos altiplánicos, sus costumbres, sus fiestas, sus rarezas, danzas en peligro de extinción. La búsqueda, necesariamente, debía hacerse por toda la región de Puno, y con todo ese material elaborar obras de teatro. La fecha exacta del nacimiento del grupo es el 26 de junio de 2008. 

El movimiento teatral era pobre en esa época, no había un público educado para tomar en serio el teatro y acudir a él. Pocas eran las instituciones que abogaban por la cultura, se desconocía que el teatro podría crear un tipo de industria. Estaban: «Puku – Puku» y «Tawa», dos grupos que persistían, que no dejaron que el teatro se muriera, y que tuvieron recordadas apariciones; además se trataba también de teatro ambientado en nuestra realidad. Muy poco se sabía de la importancia de la etapa anterior: Los 80’s y los 90’s con «Escena Inka» y el «Grupo Yatiri», que fueron la semilla para todo lo que vino después. 


2) Haznos un repaso de toda la etapa previa a tu llegada. ¿Qué obras se realizaron y dónde? ¿Hubo trabajo con la comunidad? 

Algunas de ellas son «Hatun juez», una propuesta denominada «Cenicienta», la conocida «Se vende una mula», «Salvemos la Pachamama». La que considero más importante fue: «Candelaria». Esta obra ya estaba en creación cuando arribé al grupo, es una obra que muestra a los personajes que están «detrás» de la fiesta, que muchas veces no vemos: La vendedora de velas, las beatas que cambian de atuendo a la virgen, el celador, el alferado, etc.; al final todo confluye en una tragedia. 

Después, «Pagar y no pagar» fue una de las primeras obras de teatro que vi en Puno, en la inauguración del remodelado Teatro Municipal de Puno, en 2014; dicho sea de paso, esta remodelación tuvo muchísimas deficiencias que hasta ahora se mantienen. En la obra actuaban Edwin Challapa y Madeleine Zapana, integrantes de «Yachaq Illa». 

En cuanto al trabajo con la comunidad, antes de mi llegada, lo que sé es que ellos estuvieron muchas veces de gira por toda la selva puneña y en ocasiones también al sur de la región, siempre de la mano de proyectos del Gobierno Regional de Puno y del Núcleo de Salud. Llevando a esos hogares, a través del teatro, la clarificación de temas sociales como el presupuesto participativo, los males de la rabia, cómo combatir la anemia, también obras lúdicas para niños, qué es una buena alimentación, etc. Es lo que más me emocionó del grupo, su contacto con la gente. 

En sus inicios el grupo apostó por obras propias. Aquí se puede ver el montaje de «Candelaria».

3) Cuéntanos quién te invitó a participar en el grupo y cuál fue la primera actividad que desarrollaste, qué es lo que te encontraste. 

En el año 2010, cuando cursaba mis estudios de Educación Superior, conocí a Cesar Cutipa y Edwin Challapa, ellos fueron los que me integraron a «Yachaq Illa». Mi ingreso se dio muy lentamente. Sobre todo, le debo mi adición al grupo a la perseverancia de Cesar Cutipa, en ese entonces no era de mi interés el ámbito cultural y, a veces, hasta huía de las reuniones del grupo y él me alentaba, me hacía ver que el teatro era de vital importancia para una sociedad. Poco a poco fui implicándome cada vez más, me fui enamorando perdidamente. 


4) Creo que a partir del 2016 el grupo fue creciendo cada vez más, se da apertura también a otras ramas artísticas. Cuéntanos cómo fue esta etapa hasta que asumiste la presidencia. 

El grupo adoptó la costumbre de presentar una obra teatral diferente cada año y paulatinamente participábamos en algunos eventos creados por algunas instituciones culturales. El año 2015 fue un buen punto de partida, pues hubo una cohesión entre todas las agrupaciones culturales, y esto dio pie a utilizar varios espacios como La Casa de la Cultura, el Teatro Municipal, el Cetpro de Arte, etc. Se hacían, por ejemplo, «Los jueves culturales». Esa continuidad nos exigió la presencia de un director y la convocatoria de algunos amigos para montar obras más grandes, y también se sumaron a nosotros algunos personajes de la escena cultural hermanados al teatro, al arte en general. Es así que, a mediados del 2016, se abre un taller de teatro con nuestro recordado y querido amigo Lizandro Aguilar Cotrado. Se suma a nosotros y dirige varias obras y también dicta talleres de teatro, él ya tenía una extensa experiencia en este campo, había seguido cursos de teatro y montado varios espectáculos en otras ciudades. Fue algo fundamental para muchos de nosotros, ya que en la ciudad no había talleres de teatro. 

Uno de los emblemas del grupo: los pasacalles musicales por el centro de la ciudad.

5) Una vez asumida la presidencia: ¿Qué iniciativas tomaste? ¿Cuáles eran los patrones de trabajo? ¿Cómo fue la agenda en el plano laboral con distintas entidades con las que trabajaron? Háblanos un poco de los viajes que realizó el grupo. 

Fue una sorpresa asumir un cargo tan importante, he reconocer que yo no estaba preparado para ello y menos me lo había imaginado, pero ya teníamos muchas propuestas y proyectos y además hubo mayor cohesión entre grupos culturales. La cosa no podía parar. Casi semanalmente había alguna actividad y nosotros nos sumábamos, siempre con mucho entusiasmo. El grupo fue creciendo, de pronto de ser 8 o 10 ya éramos más de 20. En nuestras galas en el Teatro Municipal empezamos a tener bastantes invitados, sobre todo en danza, pero también estaban los músicos, los poetas, y claro, grupos de teatro que nacían. Dichas galas a veces duraban tres horas. 

Desde que asumí la presidencia, en el 2018, el paso fue ampliar un tanto el rumbo y hacer que crezca el grupo en varias direcciones. Comenzamos un proceso de retroalimentación, esto quiere decir que los integrantes debían de formarse artísticamente y, a la vez, enseñar a otros, entonces se dio inicio a la etapa de los talleres para estar preparados a futuros proyectos. Taller de creación de máscaras, de artes plásticas, de poesía, de música, de dramaturgia. Antes nos veíamos dos veces por semana en nuestro centro de ensayos y talleres y de pronto ya las sesiones abarcaban cinco días de la semana. 

Se creó una alianza con las instituciones principales, como la Dirección Desconcentrada de Cultura de Puno, Educación Comunitaria Puno, Zumbi (ONG de Educación, que trabaja con niños) y Manuela Ramos; los cuales reconocieron nuestro trabajo y se convirtieron en aliados estratégicos para muchas de nuestras actividades en bien de nuestra cultura. Nos llevaron a diferentes distritos de nuestra región llevando obras para niños, activaciones teatrales con temática social y artística en pro de la salud pública. Donde otros grupos e instituciones no llegan nosotros llevamos teatro, poesía, danza. Nuestro público predilecto siempre va ser el pueblo, el ciudadano de a pie con sus hijos al hombro. En los pueblos, los niños nos perseguían, se sumaban a los pasacalles como si fuéramos artistas famosos reconocidos. Muchas veces padres y niños reconocían nuestra carpa azul y se alegraban de que estuviéramos ahí. En general disfrutaban de nuestro espectáculo y que además dejaba un mensaje social y cultural. Todos los integrantes revelan que esos viajes fueron altamente enriquecedores, crecimos como personas. 


6) ¿Cómo ves la congregación de los varios grupos de teatro en un solo colectivo, en este caso «Ruraspa»? 

Fue genial el encuentro con todos los grupos de teatro de la ciudad. Nos llegamos a conocer muy bien. Esta asamblea, en parte, fue por iniciativa nuestra, tenemos muchas ganas de que funcionen las cosas, de que las políticas culturales den verdaderos frutos y que el esfuerzo de cada una de las instituciones sea recompensado. Por esa época hicimos un conversatorio donde participaron los principales grupos de la región para hacer un recuento de toda la historia del teatro en Puno y que además se exponga el trabajo de tantos y tantos activistas. Revaloramos la obra de Inocencio Mamani, uno de los padres del teatro en el sur peruano, realizamos dos de sus obras con una afluencia masiva. 

Con «Ruraspa» recién vamos empezando, tenemos muchos proyectos a largo plazo, siempre con la contribución de cada grupo teatral. A veces hay que dejar del lado intereses propios y agruparnos para representar a toda la región en las artes escénicas, situarnos en un pedestal alto a nivel nacional. 

La visita a pueblo y comunidades, llevando teatro, es algo que nos colma de alegría. En el medio se puede observar a la actriz y educadora Ameth de Lune, rodeada de niños.

7) Ya en el plano de las ideas, ¿a qué sectores de la población va dirigido vuestro trabajo?, ¿cuáles son los principales ejes del grupo?, ¿qué grandes trabajos de investigación cultural han desarrollado? 

Siempre nos han preguntado esto y respondemos lo mismo: Nuestro trabajo es para nuestra tierra, para nuestro ayllu, para los niños, para nuestra gran nación, para nuestros hermanos, para nuestros padres. Nos damos el trabajo de recopilar, reconocer, nuestras costumbres y tradiciones para transformarlas en un guion teatral o también en alguna ponencia, o en una danza. Hemos recopilado varios cuentos altiplánicos y le dimos voz a las aves y a las flores en la obra «Alas de Kantuta», con un mensaje muy bello de que hay que cuidar y proteger nuestra Pachamama. Hemos realizado ponencias magistrales como «El mensaje oculto de Wirakocha» por Raimy Zen Seven, «Solsticio de invierno» por Fernando Medrano Verano, y «Esencias femeninas en el altiplano», dictada por mí. Tenemos ya un elenco muy grande de danza. Varias instituciones han reconocido nuestro trabajo. 


8) «Alas de Kantuta»: Cuéntanos cómo fue la experiencia de dirigir una obra propia. 

Se trata de un triángulo amoroso entre el cóndor, el colibrí y una ñusta de nombre Kantuta; pero luego hay mas de quince personajes en escena. Dividida en cuatro partes, abarca casi una hora y media. Es valioso el mensaje de preservación de la vida, de un amor incondicional a nuestra tierra y el deber de protegerla, de vigilar de que continúe floreciendo, que sigan esos ciclos reproductivos. Ahora, el dirigir una obra teatral de tal magnitud, con un equipo de más de treinta personas, definitivamente fue complicado, pero a la vez me abrió nuevos horizontes. Ensayamos más de tres meses casi a diario, fue algo satisfactorio ir perfeccionando las escenas, agregándole más cosas, detalles. Fue un trabajo diferente a los demás, ya que por primera vez en Puno se hizo posible la ópera teatral con propuestas líricas propias tanto en quechua y castellano, los personajes decían su diálogo cantando, el escenario era magnífico, repleto de flores, fue algo gigantesco. Y bueno, el público se quedó muy contento, hicimos cuatro funciones en Puno y dos en Juliaca a finales del 2019 e inicios de este año, y prácticamente hubo un aforo elevado en todas ellas. Recopilamos las opiniones de la audiencia y en general tuvimos críticas muy positivas. Les gustó nuestro trabajo. 

Un equipo de más de treinta personas hizo posible el estreno de la obra «Alas de Kantuta»

9) Proyectos futuros y cómo está afrontando el grupo esta pandemia global. Háblanos de la «Familia Yachaq Illa». 

Tenemos en la casa muchos proyectos los cuales quieren y deben surgir, pero necesitamos paciencia. Por el momento los que están más pronto a salir son dos obras teatrales que están en stand by por la cuarentena: «Los Kukuchis» y «Los guardianes (Lupi y Phaxsy)». Y algunos eventos como el «Gran Maratón Teatral» con los colegios de la región. También mencionar el «Pukllasum II», un evento para todos los que conservan su espíritu de niño. 

La cuarentena ha afectado hondamente nuestros proyectos de este año e incluso del que viene, pero el deber de los agentes culturales y organizaciones es continuar de cualquier manera por el bienestar de nuestra cultura y de nuestros jóvenes que sin el arte no tendrían una razón de ser, no tendrían identidad. Mediante plataformas virtuales continuamos con nuestro trabajo, hacemos transmisiones en vivo: performance, poesía, monólogos, damos talleres de pintura, dibujo, hacemos acústicos con músicos invitados y tenemos ahora un taller virtual de teatro. Actualmente, cada lunes hay algo nuevo en nuestra página de Facebook. 

Somos, efectivamente, una familia. Entre nosotros nos damos apoyo, muchos de nuestros integrantes están pasando este tiempo con sus familias en sus lugares de origen, así que hacemos reuniones virtuales para encarar el futuro, pero también para informarnos de cómo estamos. El mundo va a cambiar, nosotros, los artistas, tenemos que presentir qué es lo que va a pasar, todas nuestras células apuntan hacia la creación. 


En un conversatorio - debate acerca de la realidad del Teatro Puneño: De izq. a der: Guadalupe Estofanero, Fernando Medrano, Julissa Paredes, Leo Cáceres y Raúl Tomaylla, en la Casa de la Cultura de Puno (2018).

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