Elizabeth: Llevas días diciendo eso. ¿Podrás cumplir tu promesa?
Solimaru: He querido encontrar el camino y ahora sé que eres tú.
Elizabet: Más allá del tiempo he de esperar y recoger tu corazón en una vasija.
Solimaru: Sabes que no es necesario recogerlo, te perteneció desde el momento de mi muerte
Elizabeth: Camina conmigo, recógeme, llévame, no esperes más. ¡Hazlo ya!
Solimaru: Te seguiré desde nuestro pasado, que ahora está más presente.
Elizabeth: El miedo canta una
bendición. Campanas lloran en nuestro adiós.
Estoy esperando el último vals.
Solimaru: Dos almas bailando por la eternidad. Que la muerte espere por mí. Que este día vuelva a vivir.
Elizabeth: Ahora llega nuestra canción. Son notas escritas para los dos.
Solimaru: El tiempo detiene su caminar. Los muertos heridos se vuelven a amar.
Elizabeth: Mírame, te he vuelto a encontrar. Esta noche no acabará. Que la muerte espere por mí. Que este día vuelva a vivir.
Solimaru: Ven hacia mí, una vez más. Ven a este vals, no sentirás la soledad. Ven a este vals.
Elizabeth: Estoy esperando el último vals. Dos almas bailando por la eternidad.
Solimaru: Que la muerte espere por mí, que este día vuelva a vivir. Toma mi mano con la melodía. Que nuestras velas descansen en paz.
Elizabeth: Viejos retratos con
tinta enmohecida.
Elizabeth y Solimaru: ¡Y manos que nunca se podrán tocar!
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