El abismo como última morada
Sola calle del sin sueldo pasajero
Sed bastarda del alto arenal
Y el saberse no beber de este camino
Sé descargar el sótano del mejor cuchillo afilado
Y de vez en cuando dejo caer las escamas del pesado árbol
Antes de llegar a tu rodilla,
Se recomienda vestir de sal a la ceniza,
Abrazar y abrasar el último número de la solicitud
Todo esto después de la pascana
Hoy tengo de nacimiento una deuda
La próxima caldera de ojos astros
Con el buen beber del norte
yo amaba el aire de tu agitado pulmón
aquí en el fondo del color
dialogo con el primer pan dormido
compruebo que la máquina de fuegos
desgarra monedas con soles pasados
de los mismos veteranos de la muerte
con el pequeño olor de la maceración próxima
Hoy tengo de nacimiento una deuda
La próxima caldera de ojos astros
Con el buen beber del norte
EL INICIO
Los ojos se adelgazan
Cada vez que te hurtas en el ofidio de barro y metal
Ahora imprimo la última canción
Cuello cortado a boca de jarabe
Innecesario para este hombre de enfermedades
Que olvidó envolver el rumor del pan
Dejé esperar el desgaste del finado oficio
El ser invisible
Fue la abertura de cualquier rasgueo de tierra
Los ojos se adelgazan
Cada vez que te hurtas en el ofidio de barro y metal
Ahora imprimo la última canción
Cuello cortado a boca de jarabe
Innecesario para este hombre de enfermedades
Que olvidó envolver el rumor del pan
Dejé esperar el desgaste del finado oficio
El ser invisible
Fue la abertura de cualquier rasgueo de tierra
Que un niño pueda impregnarle.
Hoy se desata el fuego ciego
De este bajo barco vacío que desnuda mi cabecera
Mi lengua valiente se refresca en el humo
Solo son cien mil soles de tugurios y falsedades
La mejor de mis arterias
Se empotra en el tumulto de las horas
Los eternos prestamistas
Recogen los gastos vacíos
Todos se agrupan en el escondite:
EN EL ARTE DE SER INVISIBLE
BAHÍA PUNTAPIÉ
Aquí en este viejo árbol de arena
Hoy se desata el fuego ciego
De este bajo barco vacío que desnuda mi cabecera
Mi lengua valiente se refresca en el humo
Solo son cien mil soles de tugurios y falsedades
La mejor de mis arterias
Se empotra en el tumulto de las horas
Los eternos prestamistas
Recogen los gastos vacíos
Todos se agrupan en el escondite:
EN EL ARTE DE SER INVISIBLE
BAHÍA PUNTAPIÉ
Aquí en este viejo árbol de arena
Dejo mi traje invisible en la sangre superior
En el pesado susto, en el atezado vientre del porvenir
En la lengua rápida, en el espejo vencido que llama su mejor vino
Aquí y en todo este baúl de sequías termina todo
Se oscila la niebla en el dolor que se digitaliza
Se retuerce uno cuando se equivoca el veterano celeste
Aquí en esta bahía puntapié
Se oscila la niebla en el dolor que se digitaliza
Se retuerce uno cuando se equivoca el veterano celeste
Aquí en esta bahía puntapié
Cada viento se apedrea de esquinas
La última vereda recuesta sus penas junto a los postes que aprenden a doblarse
Este lotizado albergue de blanco
La última vereda recuesta sus penas junto a los postes que aprenden a doblarse
Este lotizado albergue de blanco
Salta repetidas veces en tus ojos y la sed no se remuerde
El fuego aprende a ser corvado
El fuego aprende a ser corvado
Y el molusco trabajo del hambre
Se ampara en el pasajero de la última alcoba
La perpetuidad del círculo siempre duerme desbocada
El hombre de celeste transmite su pulso escamado
El hombre de celeste transmite su pulso escamado
Se muestra combatiente sobre el agua
Abre sus ojos zurcidos de sol por la arcilla que se ríe en mí
Aquí y más al costado de tu boca, se refleja el beso que dejaste caer
Es la hora que da la señal del baile:
Aquí y más al costado de tu boca, se refleja el beso que dejaste caer
Es la hora que da la señal del baile:
SOLO PARA EXTRAÑOS
Poemas pertenecientes al futuro libro «El arte de ser invisible» del vate puneño Edgar Pacompia Belizario. Recordemos que en el 2015, publicó su poemario «La estación de las moscas» con la editorial «Rupestre».
Pintura: «Clef des champs» by René Magritte.
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