viernes, 30 de septiembre de 2022

CHARY GUMETA: «Despatriados»






HAY DISTANCIAS 

Hay distancias 
donde el mar resuena como un instrumento
como un eco hosco y seco
que repite lo mismo una eternidad;
hay ríos lentos y mansos 
donde la corriente acaricia los peces
y arrastra su necesidad;
hay lugares donde los sueños 
van en un viaje largo y triste 
sin equipaje 
intentando tomar la mano del mundo
y no morir entre las fauces
de esa serpiente adicta a la muerte.

¿Quién pone en la mirada un futuro incierto?

Alguien respira la cal sobre mi hombro 
y no me doy cuenta
hasta que lo veo caer en la fosa común.

A veces guardo el miedo
bajo un sollozo silencioso
donde el oleaje del recuerdo
hace tumbos y me tiro a nadar.

Entonces me pregunto
si es necesario desterrarse de la sangre
de la carne
de la casa
de la vida
para caminar a tientas
en esa profundidad donde no te encuentras.

Te llamo
con la esperanza de que asome tu rostro
y me hablen tus ojos.

Las palabras
también están a bordo de esta locura.



SOY UN POBRE PÁJARO

La tristeza penetra mi corazón
como un animal oscuro y hambriento
destroza cada imagen 
con mordidas salvajes.

El sable del dolor escarcha la mirada
con un gemido sutil
que descubre la herida

Este aventurado éxodo 
hiere cada rincón en mí
con cada figura que esculpiendo el olvido
sobre el humo de sus chimeneas.

Memorizo sobre las sombras
el rostro amado
con reproches sobrecogidos
de la profunda lejanía.

Aquí estoy sentado sobre la noche
cabalgando sobre el sueño
que jala las riendas de la añoranza y la nostalgia

Beber de los recuerdos 
es un trago amargo.

Lejos,
sin tus besos
soy un pobre pájaro
al que se le han secado las plumas
y se le han caído las alas.

Cierro mis labios
y guardo el sabor para siempre;
en el último reflejo de la tarde 
ya no me oyes
ya no me hablas

En mis ojos se quema tu mirada.



LA SOLEDAD SE REFLEJA EN MI SEMBLANTE
como un animal extraño,
como una aparición pálida y quieta
que merodea por los extravíos
donde descansan las pesadillas fúnebres.

Toco tu nombre
con el último destello lúcido
y una rara alegría me invade;
ya no veré más atardeceres
sobre los maizales de Soyapango,
ni madrugadas vestidas de primavera
junto a tu cuerpo.

¿Cómo decirte
que sobreviví en este camino
gracias al perfume de tus noches?

Aquí, 
todo pasa inadvertido
ninguno se da cuenta de los polvos
                     que vuelven a la tierra
tras quedar dormidos en el jardín del invierno.

¿Quién llegará a la cita con su destino?

El sol gira,
todo ha perdido sentido
lo único que necesito
es hundirme sin prisas, sin cansancio
en mi última agonía.



SU TRABAJO COMO FICHERA
le deja para vivir, para pagar la renta y ahorrar algo
"Nunca había tomado una copa, tuve aprender
para ganar dinero y complacer clientes; 
a veces ellos toman tanto que tengo que aplicar maña
para no terminar ahogada de borracha".

Llega su turno,
noche a noche tiene que bailar
sobre la tarima sucia y oxidada 
de ese lugar maloliente frecuentado por jornaleros,
tiene destreza en el tubo, lo que la
                 mantiene de planta en ese burdel
su cuerpo bien torneado se mueve de tal forma
que los hombres recorren sus movimientos
al compás de su música.

"Al principio tenía mucha vergüenza
pero no hay de otra, aquí no hay miramientos 
o le entras o no comes, es la triste historia
de nosotras, las indocumentadas". Me dice.

Durante la plática, en su semblante se marca el llanto,
habla con voz entrecortada de su madre y hermano.

Pero vuelve el brillo a su mirada 
cuando me explica que ya tiene bastante ahorrado
para pedir su visa de refugiada
y mandarle dinero a su gente.

La llaman, ya le toca bailar otra vez,
se va con movimientos de gacela,
escondiendo tras sus lindos gestos
la zozobra de no saber si hay mañana
después de esta noche.



DESPUÉS DE UN TIEMPO
solo pensaré en este recorrido como una alucinación
con sus días trotando junto a mí 
como caballos desbocados 
sobre esa interminable pradera.

Cuando más me visitó la muerte 
más me aferré a la vida
la agarré tan fuerte que logré lastimarla
y lloramos.

En esta soledad de una ciudad que no conozco,
toco cada parte de mi cuerpo
porque no me siento completa
me hace falta la respuesta correcta.


Estos poemas fueron extraídos del poemario Despatriados de la poeta mexicana Chary Gumeta. El libro fue editado el año 2018 por Metáfora Editores, en su colección Volcán Nº 23.


CHARY GUMETA

(CHIAPAS - MÉXICO 1962) 

Poeta y Promotora Cultural de Arte y Literatura. Ha publicado libros de poesía y de investigación histórica. Sus últimas publicaciones son “TAMBIEN EN EL SUR SE MATAN PALOMAS” (Edit. La Raíz Invertida, Colombia, 2019) y GOTAS DE UN DESTELLO (Ángeles del Papel Editores, Perú, 2020). Ha participado en antologías, festivales y ferias de libros nacionales e internacionales. Coautora de la Antología de Poetas Chiapanecos LA PIEDRA DEL FUEGO (Editorial Cultura, Secretaria de Cultura y Deportes de Guatemala, 2019). Sus textos de la antología VOCES DE AMERICA LATINA (Edit MediaIsla, E. U., 2016) son parte de la cátedra de Literatura en la Universidad Hunter College of New York. Ha recibido varios reconocimientos por su trayectoria. Su libro LLÉVATE LOS SUEÑOS, DÉJAME LOS RECUERDOS, ganó el fondo de publicaciones 2020 del CONECULTA. Dirige el fanzine YOMORAM JAYATZAME que promueve la literatura hecha por mujeres. Es Directora del Festival Internacional de Poesía Contemporánea San Cristóbal y coordinadora de Literatura en el Festival Multidisciplinario Proyecto Posh.



Pintura: David Mittner

Foto: Leo Cáceres, Chary Gumeta e Italo Passano, invitados del IV Festival Internacional de Poesía Joven "Jauría de Palabras" - Santa Cruz - Bolivia, Agosto del 2022



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